Egypt ✧KookV✧

Prólogo.

Su padre estaba cansado de ver a Egipto trabajar para ganarse la vida. Ver cómo aquellos chicos desgarraban sus manos intentado hacer ladrillos le rompía el corazón. El pueblo de Abraham aún estaba rondando libremente por Egipto comprando material especialmente hecho por los Egipcios, ¿y si...?

—Faraón —llamó la esposa de su consejero. El Faraón alzó su vista viendo a la señora que vestía algo elegante y llena de demasiadas joyas en su muñeca, cuello y cabello. Asintió para que prosiguiera con lo que sea que quería decirle—, la gran esposa real está teniendo complicaciones con su embarazo, toda la artillería y creación de herramientas ha llegado hacia sus fosas nasales. Dijo que siente como si todo se desprendiera de ella por ese olor asqueroso. ¿Qué podemos hacer ante eso? —¿Ésta era una señal de los Dioses para esclavizar al pueblo de Abraham? Tal vez sí...

—Llama a todos los Egipcios, sacerdotes, gente del pueblo y al pueblo de Abraham. Daré un anuncio —miró a el general mayor de la realeza y asintió hacia él para que lo hiciera en ese mismo instante.

Pocas fueron las horas para poder reunir a los dos pueblos, todos estaban ansiosos por el anuncio. Esperaba paciente a la gran esposa real. Gracias a su embarazo se había hecho un poco más testaruda.

Cuando la gran esposa real atravesó las puertas llamó la atención de todos. Es realmente hermosa a los ojos de simples mortales, su piel pálida, sus ojos rasgados iguales a los de un borreguito, su maquillaje bien cuidado y un sinfín de cosas que, para ojos de Faraón, eran demasiado preciosas.

Tomó asiento mirando a todos como si fueran una pequeña escoria que le interrumpieran... realmente lo eran. Estaba descansando plácidamente cuando una de sus criadas le llamó por el anuncio que su querido esposo le dio por hacer de repente. Bufó cuando vio a aquel hombre pararse, acto seguido ella también debía hacerlo.

—Por problemas que hemos estado teniendo los Egipcios con nuestros jóvenes que han estado desgarrándose las manos, la gran esposa real está teniendo complicaciones con su embarazo, perturbaciones a nuestros sueños por artillería pesada, etcétera. He decidido, pueblo de Abraham, que nos devuelvan todo lo que alguna vez Egipto les dio, ¿cómo hacerlo? Ahora mismo trabajarán para nosotros, prácticamente serán esclavos de Egipto por todos los años que han consumido nuestros productos y materiales. Ah, se me olvidaba... el que se oponga a las órdenes del Faraón será cruelmente torturado hasta que su cuerpo quede inmóvil dando alusión a su muerte.

Todos los presentes retuvieron un suspiro gracias a la sorpresa, al Faraón no le gustaban demasiado esos ruidos y tampoco querían fastidiarlo. El Faraón tomó las cosas necesarias para cerrar la orden dándole a la gran esposa real también sus cosas para que no hiciera el esfuerzo de tomarlas.

Pusieron sus manos al frente señal de que todos agacharan la cabeza.

—Hoy el pueblo de Abraham será decretado esclavos de Egipto. Orden suprema del Faraón Egipcio Ramsés I —el Faraón miró a sus generales de la guardia real para que empezaran con la esclavitud de el pueblo de Abraham.

—No entiendo qué haces, no me gusta para nada y no pienso ser parte de la decisión —habló la gran esposa real hacia el Faraón.

—¿Crees que estuvo mal?

—¿Cuáles son las razones? —su ceño fruncido y el tono que utilizaba hacía temblar al Faraón. Si bien era cierto que las Esposas Reales no tenían nada qué reclamar, el Faraón la amaba demasiado y siempre estaba atento a sus opiniones.

—La esposa del consejero vino a mí diciendo que estabas teniendo complicaciones con tu embarazo gracias a toda la construcción de Egipto.

—¿Y?

—Y no quiero que mi hijo tenga complicaciones al nacer o que tú mueras en el parto. He recibido muchas quejas y el pueblo de Abraham es el único pueblo que no produce y siempre desgasta a Egipto. ¿Entiendes mi punto?

—Espero que no te arrepientas de tus decisiones —habló por última vez para después ir a dormirse, por fin podía hacerlo.

El Faraón vio la espalda de su esposa... Ah, la amaba demasiado.