Egypt ✧KookV✧

06

¿Qué pasaba por su mente en esos momentos? Bueno, pues ver a ese General con lo brazos cruzados y el entrecejo fruncido no era para nada gratificante. Había pedido que, por favor, no llamaran a nadie de la realeza y que solamente llamaran a su consejero. Entonces ahí estaba Jin mirándole severamente.

Jin agradeció al General y caminó al lado del príncipe sin emitir palabra alguna.

-Puedes echarme alguna que otra maldición -habló Jungkook suspirando sin ánimos de algo. Si bien que ver a Taehyung e interactuar un poco con él era gratificante, le disgustaba el hecho de que Jin no le dirigiera la palabra, siempre hablaba de aquí para allá y no paraba.

-¿Por qué lo haces? -se sintió caer un poco ante aquella pregunta. ¿Por qué lo hacía? Realmente no entendía o no prefería darle una respuesta, lo hacía porque se sentía libre de todas sus obligaciones como un príncipe, se sentía mucho más humano y eso le era reconfortante... entonces, ¿por qué lo hacía si lo tenía todo? ¿Por qué lo hacía si casi todo el mundo estaba a sus pies? La respuesta era que se sentía un humano; pero no quería hablarlo en voz alta.

-No lo sé. Tengo el impulso de hacerlo y cuando lo hago tengo esa especie de felicidad que recorre mi cuerpo, ¿me entiendes? -Jin volteó a mirarlo, su mirada buscaba algún consuelo o algo por el estilo. ¿Su príncipe no se sentía a gusto ahí? Él tenía todo lo que alguien querría, él tenía todo; pero tal vez se estaba equivocando. También entendía ese sentimiento de ser libre, ser libre sin tener a alguien que te diga qué hacer o qué no hacer, ser libre hasta el punto en que puedas encontrarte a ti mismo.

Negó con la cabeza y acompañó al príncipe hasta su dormitorio. No debía cuestionarse situaciones ajenas, no eran de su incumbencia, no debería importarle y solamente debía servir de consejero. Eso es a lo que estaba destinado a ser, ¿verdad? Un consejero que siempre viviría en la sombra de alguien con un cargo mucho mayor de que él. Pero, ¿dónde quedaba su parte huma y la parte humana del príncipe?

-Solamente quiero que sepas algo -el príncipe le miró atentamente como si fuera a decir toda la verdad, como si tuviera algún acercamiento con los Dioses-, haz lo que quieras con tu vida, haz lo que tu corazón indique. No siempre vivas aferrado a nosotros, también eres humano y mereces un poco de felicidad mezclado con esto llamado adrenalina. No te pongas límites, no debes hacerlo -Jungkook asintió mostrando una tierna sonrisa. Jin asintió en despedida y se marchó del lugar.

Quería ayudarle a encontrar la felicidad y si no era así, también la decepción. No le iba a privar de nada, no era justo.

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-¿Entonces no regresaste rápido porque jugabas con ranas? Eso es lo menos extraño que has hecho en tu vida y no sé porqué me impresiona -abrió su boca un poco ofendido por la respuesta de su madre. No le iba a soltar que el príncipe de Egipto fue directamente hacia él para hablar, tampoco que se habían presentado, tampoco que habían hablado normalmente y tampoco que acordaron en encontrarse de nuevo. Ese día era algo loco y estaba seguro de eso.

-No sé porqué me siento ofendido si tus palabras siempre son duras.

-Cariño, son los años, también serás así cuando tengas mi edad.

-Yo no quiero tener tu edad.

-Entonces te jodes -los dos se miraron fijamente y empezaron a reír. Mofto se llevaba un poco pesado con sus hijos por no decir que mucho y es que le encantaba porque sentía que no era la única en ese lugar.

Namjoon sirvió a todos su comida, lista para ser devorar los deliciosos platillos que había hecho. Jennie ya estaba impaciente, ¿realmente debían esperar un poco? Comida es comida y fue creada para comer, no para esperar un poco.