danzante

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La llegada del fin de semana significaba, ya como de costumbre, que una línea estricta de sucesos serían llevados a cabo como era debido. 

Comenzando por el sábado en la mañana, donde sin lugar a excepción todos en la casa deberían comenzar a ayudar a la mayor en una limpieza exhaustiva del hogar para recibir al grupo de amigas de la mayor para una tarde donde tomarían el café y compartirían pensamientos hasta la caída de la noche, cuando se dirigirían a la primera reunión en la iglesia.

Ese día, a diferencia del domingo, los menores podían evitar asistir a la iglesia en caso de tener demasiados, (y al decir demasiados, me refiero a, demasiados) trabajos que terminar para la siguiente semana de clases.

Minnie solía terminar sus tareas antes de la caída de la noche, así que por lo general asistía. Soojin no tenía problema en aplazar sus tareas hasta el domingo para terminarlas a montón y así poder asistir con su madre al templo.

A diferencia de sus hermanas mayores, Felix evitaba a toda costa asistir todos los días posibles.

Aunque su madre le había convencido de que Dios y su religión debían ser su más grande amor, él realmente jamás se había sentido atraído por el lugar ni sus costumbres.

— Uhm, ¿hoy tampoco planeas salir? —pronunció Soojin, sentándose frente al menor mientras daba otro sorbo al agua en el vaso entre sus manos.

Felix negó con la cabeza.

— Si mamá se da cuenta de que mientes, se va a molestar —advirtió, encogiéndose de hombros para ponerse de pie.

El menor frunció las cejas, pero se mantuvo en silencio, regresando su mirada hasta el cuaderno frente a él.

— Felix —la muchacha volvió a hablar, provocando que el menor dejara escapar un suspiro.

— ¿Qué sucede?

— Ya sabes como es... —susurró, girando sobre sus talones para acercarse al menor—, seguir faltando, ¿no te hace sentir mal ni un poco? Sabes que a mamá le preocupa lo que vaya a ser de ti si sigues así. Tu actitud ha cambiado mucho estos últimos años, eres casi irreconocible

— ¿Me volví irreconocible porque dejé de ser la marioneta de mamá? —el menor frunció las cejas—, todo lo que quiso siempre de mí fue mostrarme como un niño bonito bien criado para que sus amigas dijeran que estaban celosas; ni siquiera le interesan mis problemas o lo que me sucede, y cada vez que le digo algo ella solo dice que "debería madurar y ser un hombre ahora"

Soojin miró mal al menor al escucharle alzar la voz; una mezcla entre confusión y molestia se hizo presente en su rostro.

— No voy a seguir estando bajo sus términos si ella no va a acceder a los míos —añadió el más alto, poniéndose en pie para recoger sus cosas y regresar a su habitación. Soojin estuvo a punto de hablar, él la interrumpió de nuevo—: Déjame en paz

Yongbok salió del comedor sin dejar que la mayor hablara. Soojin parecía molesta, y en cuanto notó la presencia de Minnie comenzó a quejarse:

— Minnie, lamento decírtelo, pero es tu culpa que Yongbok siga poniéndose en contra de mamá. Parece solo querer hacer lo contrario a lo que ella quiere, ¡quiere hacerle daño! Te encargaste de defenderlo todo el tiempo cuando le hablaba, tanto que ahora cree tener la razón de todo siempre, ¡incluso estando mal! ¿Qué sentido tiene lo que hace? Dímelo, porque tú eres quien lo respalda —la pelinegra había comenzado a soltar palabras que no tenían correlación entre sí debido a su repentino enojo. Minnie se apoyó en la mesa del comedor, frente a la menor, observándola en silencio a la espera de que su enojo comenzara a desvanecerse—. ¿Por qué parece odiar todo el tiempo la religión? —añadió en un susurro—. ¡Creía que mamá había dejado las cosas claras desde que éramos menores!

⭒ Indistinto ── soohua ╱ minyeon. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora