profanación

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Al llegar a casa, Felix estaba completamente asustado. Nunca había estado seguro de sí podía confiar en Soojin, y luego de ver la manera en que había terminado su conversación privada con Shuhua, estaba bastante asustado. Habían discutido; ¿por qué? No lo sabía, ¿quién se había enfadado? Ni siquiera se lo imaginaba, ¿qué iba a pasar con él? No quería ni pensarlo. Shuhua parecía confundida y Soojin enfurecida, pero él ya sabía que terminaría así: ambas eran demasiado diferente, no había manera de que estuvieran de acuerdo.

Cuando su madre cruzó la puerta de su habitación sin llamar, supuso que sería reprendido. ¿Por qué?, eso nunca había importado. Ella no necesitaba razones para regañarlo.

Luego de cerrar la puerta con seguro tras ella, la mujer mayor relamió sus labios, analizando la habitación con la mirada. El cabello aún medianamente húmedo del muchacho apenas era visible detrás de la cama, sentado en el suelo, con la mirada baja. La mujer comenzó a caminar hacia él, pero se detuvo frente al gran ventanal que daba hasta el jardín trasero de la casa.

— ¿Dónde estabas?

Felix no se inmutó, pero se obligó a responder:

— En casa de un amigo.

— Un amigo —la mujer soltó una risita, cruzándose de brazos, aún sin voltear—: ¿desde cuándo tienes amigos?

Felix se quedó en silencio.

— Soojin me dijo que no era la casa de la chica esa, que Minnie mencionó. Dijo que quedaba más lejos de aquí —pronunció una vez más, al no recibir respuesta—. La nueva

— Shuhua

La mujer asintió con desdén.

— ¿Dónde estabas? —quería un nombre, él lo sabía.

— Hyunjin, se llama Hyunjin —susurró—. Es mi compañero, también... —aquella era una mentira. Pero no aceptaría que gran parte de sus nuevos amigos habían llegado a su vida solo por gracia de Shuhua. Aquello probaría que ella tenía razón.

— Hyunjin. Espero que sea un buen chico y estés aprendiendo de él

Ella jamás había querido un hijo varón. Eran difíciles de enseñar; siempre querrían tener la razón. Las mujeres se dejaban mover. Eran demasiado sentimentales. Soojin era manipulable; Minnie hacía lo que ella quisiera, para defender a sus hermanos.

— ¿Qué fue lo que sucedió, de nuevo?

La mujer cerró la persiana de la ventana, y así comenzó a caminar en dirección al menor de inmediato, quedándose de pie frente a él. Cruzó los brazos una vez más, mientras observaba el rostro de su hijo. Puso los ojos en blanco al notar las heridas en su rostro.

— No fue nada. Hubo una discusión, y ya

— Dime la verdad

Felix levantó la mirada, y al toparse con los ojos de su madre, volvió a mirar el suelo de inmediato. Cubrió sus brazos con la sudadera de color amarillo, abrazó sus piernas y se encogió en su lugar.

— Un chico apareció en el baño, y comenzó a discutir. No sé... Por qué —susurró, mirando sus manos—: luego llegaron Shuhua, Christopher y Hyunjin, e intervinieron.

— Te golpeó —pronunció la mujer, segura—: ¿te dejaste golpear? ¿Cuántas veces voy a tener que decirte que los hombres no se dejan golpear? Si te dan un puñetazo, regrésales dos. ¿Qué clase de hombre eres?

El menor se mantuvo en silencio.

— ¿Quién es Christopher? Ese nombre no es coreano.

— Es... —¿un amigo? Chris no era su amigo. Apenas había hablado con él alguna vez. Además, era muy mayor. Era compañero de su hermana mayor. Pero si decía que estaba jutándose con gente mayor, ella se molestaría—... Es hermano de Hyunjin —ni siquiera sabía el apellido de Chris—, es solo un apodo —pero estaba seguro de que su nombre real sí que era Christopher—. Solo... Tiene familia en el extranjero —seguía mintiendo. Él no sabía nada de Chris. Pero traería más problemas si admitía que estaba en la casa lejana de alguien que nadie en su familia conocía, con un chico mayor, que aún menos personas conocían. Así que se sentía seguro, mintiéndole a su madre, para que la verdad no la hiciera enfadar más.

⭒ Indistinto ── soohua ╱ minyeon. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora