forzoso

183 39 7
                                    

Si había algo que podía ser catalogado como aburrido con mucha felicidad, definitivamente iban a ser las clases de profesor Kim, quien se extendía sobre un tema y luego otro, para terminar hablando hasta de cosas que no tenían que ver con la lección (y que eran extremadamente confusas y aburridas, claro). Aquel hombre era tan aburrido, que más de uno siempre se quedaba dormido durante más de la mitad de la lección.

Que fuera así no lo hacía estar bien, claro: el hombre tenía una pasión intensa por su profesión; estaba enamorado de lo que hacía, de cómo lo hacía. Y aunque los estudiantes siempre habían notado la facilidad con la que se ponía a divagar, si tan solo alguien le hubiese dado la mano y apreciado su amor por su trabajo, entonces lo consideraría, por mucho, de los mejores profesores de toda la institución.

A estos estudiantes, por desgracia, ni siquiera les interesaba lo que decía en gran mayoría.

La puerta del salón recibió el llamado de alguien externo, provocando que la atención de todos los presentes se desviara hasta la misma. El profesor se movió de su lugar de inmediato, abriendo la puerta y encontrándose con otro de los profesores que trabajaban ahí.

— Jóvenes —llamó la atención luego de varios segundos hablando con su compañero—, vuelvo en un momento. No se metan en problemas

El profesor había abandonado el salón en ese momento, y todos los estudiantes comenzaron a hablar entre sí de inmediato. Comentarios de todo tipo, bromas, algunos incluso se habían puesto de pie para estirarse.

La lección estaba pronta a terminar, aquello era verdad, pero nadie iba a negar que la media hora ahí que habían pasado había logrado ser, ciertamente, exasperante, por decir menos.

— Hey, Yongbok

Las palabras de un muchacho de cabello castaño que se encontraba sentado sobre una mesa interrumpió a todos los demás. Su voz resonó en el salón de clases, llamando la atención, tal y como había planeado.

Todos los ojos de los presentes, de pronto, se encontraban fijos en el muchacho sentado hasta el fondo.

— Dime, ¿tu mami te vino a dejar hoy a la universidad también? —pronunció, su tono de voz burlón, mientras todos continuaban mirando al muchacho mencionado a la espera de una respuesta—, o, tal vez, no vino porque no fuiste a llorar a la iglesia con ella y eso la hizo enojar

Un grupo de risas de pronto se abrió paso en el repentino silencio. Felix continuó su mayor esfuerzo por ignorar a todos los demás.

— Seguramente le obligó a rezar tres ave maría antes de dormir —formuló una muchacha de pie al lado del chico que anteriormente hablaba. Ambos se miraron con una amplia sonrisa, satisfechos.

Shuhua había dejado de garabatear su cuaderno para prestar atención a la escena que se estaba llevando a cabo frente a ella. La mayoría se reían, burlones, como si aquellos comentarios hicieran gracia, y nadie parecía tener intenciones de mostrar sensibilidad ante el rostro avergonzado y entristecido de Yongbok.

— Oh, pero cuando esa mujer se entere de que su único hijo es un-...

— Bien, estoy de regreso —el profesor alcanzó alcanzó detener las palabras del mismo chico de cabellos castaños con su presencia.

Todos sabían perfectamente qué era exactamente lo que el muchacho iba a decir, apesar de que no había terminado. Incluso Shuhua, sin haber estado presente en aquellas lecciones en el pasado o sin siquiera conocer a ninguno de los otros dos del todo. Ella simplemente era capaz de entender que probablemente sería un insulto homofóbico lo que quería escapar de sus labios.

⭒ Indistinto ── soohua ╱ minyeon. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora