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Era domingo por la mañana. El sábado Ce y yo estuvimos todo el día en mi casa viendo películas. Hoy tampoco teníamos nada que hacer, así que esta vez, Ce y yo haríamos un picnic en el bosque.

(...)

Ce se estaba cambiando de ropa mientras yo preparaba toda la comida en una cesta. Queso,, tomates, pan,... Lo acomodé todo pero estaba segura de que algo me faltaba. Mientras esperaba a que Ce bajase de cambiarse, estuve pensando en qué era lo que me faltaba y por muchas vueltas que le di, no se me ocurría nada.

Ya con las cosas preparadas y Ce y yo listas, fui a despedirme de mi madre. Regresaríamos a la noche, sobre las 20.30. Agarré mi chaqueta, a Ce, y nos fuimos.

(...)

Por el camino, Ce no paraba de mirar a todos lados asombrada. Yo sabía que ella ya había visto las calles de Hawkins antes, pero hoy estaba alucinada de verlas. Llegamos a la entrada de, bosque y nos adentramos hasta llegar a un camino de vías abandonado. Estuvimos caminando un largo rato por ahí, y de lejos, vimos un pequeño lago en medio de los árboles. Parecía un lugar tranquilo y había suficiente espacio para quedarnos a comer.

- Este parece un buen sitio, ¿no crees, Ce?

- Si... - dijo mientras se miraba en el reflejo del agua del lago. Sonreí. Se veía tan tranquila. De esas tranquilidades que te inundan de paz por dentro.

Empecé a sacar las cosas de la cesta, buscando lo más importante. El mantel.

- Oh oh... Tenemos un problema. - dije vaciando la cesta entera encima del césped.

- ¿Qué pasa? - dijo confundida.

- Lo que me faltaba era el mantel.

(...)

Con Ce habíamos decidido en que yo regresaría a casa a por el mantel, mientras Ce se quedaba aquí y preparaba los platos de comida.

Así que partí rumbo a mi casa. Pero esta vez más rápido, no quería dejarla sola mucho rato en el bosque.

(...)

Tardé 15 minutos en ir y volver. Todavía no llego pero no falta mucho, quizá otros 5 minutos andando y estaré a su lado de nuevo.

Cuando de repente escucho un grito agudo e insoportable. Reconocí la voz de Once. Era ella la que gritaba. La había dejado sola, y ahora, ella estaba en peligro...

Me metí el mantel en uno de los bolsillos como pude (ya que era muy grande el mantel) y eché a correr lo más rápido que me permitieron mis piernas. Cuando llegué, ya era demasiado tarde. Ce no estaba. La comida si, pero ella no.

Iba a ponerme a llorar por la desesperación. Por la angustia. Por la irresponsabilidad que me causaba todo aquello. Realmente quería llorar, la había dejado sola y ahora ella... no estaba. No quería si quiera imaginarme lo que le habían podido hacer.

Me tapé la cara intentado tapar mi rostro desesperado, cuando, en un segundo de silencio, escucho sollozos no tan lejos.

Me levanté rápidamente aún con ese nudo en la garganta y, en absoluto silencio, me dejé guiar por aquellos sollozos. Cuando me di cuenta, los sollozos provenían de detrás de un árbol que justamente tenía delante. Con mucha delicadeza, me asomé para ver quién o qué era, me llevé una sorpresa al ver a Once acurrucada con la cabeza sobre sus rodillas. No me gustaba verla llorar así.

Me agaché y la abracé fuertemente. Rápidamente ella me devolvió el abrazo y lloró en mi pecho.

- ¿Qué te hicieron, Once? ¿Quién fue?

- P...

- Tu puedes. Relájate. Deja de llorar...

- P-p...

- Cálmate, mi vida. Suéltalo.

- Papá.

Pero, ¿su padre no había muerto?

It's okay, promise~

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2022 ⏰

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𝐈𝐓'𝐒 𝐎𝐊𝐀𝐘, 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐈𝐒𝐄 // 𝐄𝐋𝐄𝐕𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora