Prólogo

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Oh la la, Francia, París, la ciudad del amor, la torre Eiffel y sus vistas románticas, el museo del Louvre y sus famosas pinturas, los campos Elíseos, el arco del triunfo,  el rio Sena, la catedral de Notre Dame y también el lugar de residencia de Ane Guyot.

Allí en el VIII arrondissement cerca de los Champs Elysées en un lujoso ático se encontraba la residencia de la hermosa chica de cabellos castaños – rojizos y ojos azules.

Desde hace dos años había decidido establecerse y luego de conocer el amor con un persistente y muy insistente joven francés había decidido mudarse a París y comenzar de cero.
Como una persona nueva, dejando todo atrás y permitiéndose ser feliz a lado de Jacques. El guapo moreno del que se había prendado.

- Te he dicho que ya estoy en camino, Jacq, déjame recoger algunos informes y voy a tu casa será solo un instante, ok. – dijo con voz aniñada, mientras podía jurar q escuchaba del otro lado de la línea la risa de su prometido
- La conozco señorita Guyot, y cuando usted dice solo un instante, siempre se demora más de una hora y le prometo si no está aquí pronto la castigarte, ¿a entendido?
- No me provoque, caballero o podría no llegar esta noche
- ¡¡Ane!! – le reclamo entre risas
- Está bien, está bien. Ya tengo los papeles en la mano y estoy saliendo estaré en tu casa en veinte minutos – dijo mientras abría la puerta para ver a un joven con un paquete de entrega que al parecer se disponía a tocar su puerta
- Es usted Ane Guyot – pregunto el chico, ella respondio con un asentimiento de cabeza mientras tomaba el paquete
- Debe firmar aquí señorita
- Si claro, espera – le respondió al joven, y luego dijo al teléfono – Amor, tengo que colgar, me ha llegado un paquete, solo lo firmo y salgo, llegaré a tu casa en nada, lo prometo
- Ok, no tardes – fue toda la respuesta de su novio
- Bien dime dónde fírmo – dijo, para luego tomar el bolígrafo y firmar dónde el chico le indicaba.

Luego de eso fue hacia la casa de su novio donde esté la esperaba con una agradable cena de celebración por…. Por nada en especial, simplemente una cena de celebración, porque esa era una de las cosas que amaba de Jacques su manera especial de ser y su desbordante amor por ella, así que ese fin de semana lo paso en su casa, entre besos y celebraciones.
Pero cuando llegó la noche del lunes, fue su hora de volver a la realidad y como si su vida en París y toda su historia con Jacques no valiese nada, aquella caja encima de su mesa de café en medio de su sala de estar, desmoronó su mundo y destruyó su nueva vida por completo.

Dentro de la caja se encontraban fotos de boda con Edward y algunos recortes de periódicos dónde se les veía juntos, además de la noticia de su muerte. O más bien la muerte de Amelia Bustamant.

Luego se encuentran fotografías de sus viajes y por último de su actual vida como Ane Guyot, y de Jacques.

Al final de todo había una nota:

Creías que olvidaría tu traición, creo que está vez seré yo quien te espere en el paraíso, amore mío.

Si no quieres que tú querido Jacques pague, lo mejor es que vuelvas a casa. Te estaré esperando.
                                                                M.

Lo más irónico de todo era las cintas y lazos q envolvían la caja todos en rosado y azul claro como si su contenido fuese igual de inocente y puro.

Por el contenido de la caja y la amenaza podría deducir que se trataba de Mario, su antiguo cómplice, pero eso era imposible.

Hacía cuatro años había fallecido en prisión, él no podía ser, pero entonces ¿Quién?
¿Quien la amenazaba?
¿Quien quería acabar con ella?
¿Quien quería verla muerta y la odiaba tanto como para llamarla traidora tan vehementemente?

No sabía.

Pero si quería salvar la vida del hombre que amaba solo había una solución, debía regresar, aún a costa de su libertad debía volver para enfrentar su pasado, si quería vivir su presente y futuro tranquilamente.

Así fue como la noche del miércoles, tomo un vuelo hacia Inglaterra con la escusa de ir a un viaje de negocios, aún sabiendo que probablemente no regresaría.




Fantasmas del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora