Capitulo Doce

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- Isabella -

Había ido varias veces al departamento de Any, pero no había contestado en ninguna de esas ocasiones, me había enterado de la visita que le había hecho Edward y eso nos había llevado a una fuerte discusión, pero cuando quise ir a disculparme con ella y ver qué tal estaba no había contestado, llevaba dos dias sin noticias de ella y me estaba preocupando asi que me habia despertado decidida a verla hoy asi tuviera que echar su puerta abajo.

Pero al llegar a su departamento me sorprendió al ver que alguien se me había adelantado, en medio del salón se encontraba un hombre, alto, debía medir más de metro noventa, piel bronceada, ojos verdes, lo que se conoce como un hombre guapo y cuando me habló puede darme cuenta de su acento francés.

- He preguntado quién eres? - repitió el, sacándome de mis pensamientos.
- Tu debes de ser Jacques, Any me ha hablado mucho de ti.
- Un placer - dijo extendiendo su mano y estrechando la mía - necesito hablar con Any, sabes dónde está? Está es la quinta vez que vengo y no la encuentro, he preguntado al portero pero dice que no la ha visto salir, ni entrar al edificio. - por su expresión puedo afirmar que está profundamente preocupado por Any, parece que encontró un buen chico. - Necesito hablar con ella, es urgente.
- Vine hace unos días pero ella no me abrió la puerta, luego de eso tampoco he podido contactarla...- fuimos interrumpidos por un mensajero, traía un paquete para Any así que me acerque y fingi ser ella para recibirlo.

Eran las fotos que nos habían prometido en el orfanato, al parecer si las habían encontrado y enviado.

- Este hombre... - en las fotos se podían ver varios niños jugando o en un comedor eran bastantes niños pero había algunos que siempre estaban más apartados, allí había un chico que reconocí como Mario pero a su lado se veía otro chico, por su postura podía adivinar que era más tímido, debía ser ese amigo del que hablo el señor Diógenes, pero... Tenía algo, se le hacía familiar, demasiado familiar.
- Que son esas fotografías - oh no, había olvidado a Jacques
- No son nada, solo algunos recuerdos y cosas...- intenté esquivar sus preguntas y ocultar las imágenes en mi espalda pero fue imposible, Jacques fue más rápido y me las arrebato de las manos
- Quienes son estas personas, porque Any sigue investigando sobre su pasado
- Qué? - debía de haber escuchado mal - sabías sobre el pasado de Any todo este tiempo?
- Por supuesto que si
- Pero estás seguro que lo sabes todo?
- Lo se absolutamente todo, Isabella, conozco a mi prometida completamente - hizo una pausa - la conozco más de lo que ella cree.
- Porque no se lo dijiste, ella estaba preocupada por ti...
- De que serviría que le contase, lo que sepa de ella no cambia lo que siento.

Me había quedado completamente sin argumentos.
- Necesitamos llamar a la policía, ella lleva dos días desaparecida y hay un psicópata tras ella, que podría hacerle daño.
- Llamar a la policía podría ponerla en riesgo, se supone que ella está muerta - este hombre no deja de sorprenderme con todo lo que sabe.
- Entonces que hacemos, debemos encontrarla
- Tengo hombres encargándose de eso en este momento, pretendo sacarla del país en cuanto la encuentre.
- Entiendo, quizás podríamos llamar a su vecino, quizás el vio algo o sabe cuándo salió por último vez. - Jacques asiento con la cabeza mientras se dirigía al pasillo en dirección al departamento vecino cuando me vino a la cabeza un recuerdo de hace casi una semana, cuando había venido a ver a Any.
Me había chocado con su vecino, el llevaba capucha y no pude ver bien su rostro pero... No, no podía ser... Debía de estar equivocada, pensé mientras corría a ver al portero, debía de haber un archivo con las personas que habitaban al edificio o algun registro.
- Hola - le dije al portero para llamar su atención - necesito ver el registro de todos los propietarios
- Señora no puedo darle algo así, lo siento - me dijo mientras negaba con su cabeza - eso va en contra de las reglas
- Entregárselo - dijo Jacques a mis espaldas, su voz firme y sería de esas que no te dan oportunidad de negarte
- Señor, le repito que no puedo...
- Soy el nuevo propietario del edificio y si no se la entregas perderás tu trabajo

No fue necesario decir nada más en los siguientes cinco minutos nos encontrábamos de vuelta en el apartamento revisando los documentos de todos los vecino.
- Fue muy inteligente lo que dijiste antes sobre ser el dueño del edificio, no soy fan de las mentiras pero por esta vez fue útil - le dije mientras pasaba la pagina.
- Que te hace pensar que estaba mintiendo?
- Cómo?
- Si que compre el edificio, soy el dueño.

Este hombre... No podía estar hablando en serio, cierto?

- Eureka! - exclamé con la hoja del vecino de alado

Nombre: Marcelo Trichet
Edad: 30 años
Apartamento: 6to C
Deje de leer al ver detalladamente la foto que acompañaba el documento, mis sospechas estaban confirmadas.
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- Jacques -

Cuando  conocí a Any hace dos años, me enamore de ella a primera vista, y no habia sido exactamente su físico lo que me atrajo hacia ella.

Habían sido sus ojos, eran vacíos y desolados como si no tuviese un propósito o como si le faltase algo demasiado importante o necesario. Nunca había conocido a alguien así antes. Estaba acostumbrado a estar rodeado de personas fuertes y decidida a lograr sus objetivos, de personas astutas e incluso maliciosas pero jamás había estado tan cerca de alguien que no parecía tener un motivo verdadero para vivir.

Nunca se lo contaría, pero sus llaves no se habían caído de su bolso como él le había hecho creer, las había tomado mientras ella estaba en el restaurante del hotel. Y luego había fingido tropezar con ella casualmente.

Desde joven siempre lo habían catalogado como una gran promesa en el mundo empresarial, su padre le había dejado una pequeña fortuna que él se había encargado de aumentar y su madre le había enseñado otros tantos trucos que le serían necesarios a lo largo de su vida, psicoanalizar a las personas había sido uno de ellos. Pero Any?... Ella era tan difícil de leer que se volvía adictiva.

Con los años debía admitir que no siempre había sido “bueno” y en su etapa más rebelde había adquirir nuevos talentos, pequeños trucos sucios que utilizaba de vez en cuando.

Tomar pequeñas cosas de algunos bolsos había sido uno de ellos.

Cuando había querido acercarse a ella, Any había reaccionado como un gato a la defensiva, así que la había seguido a su habitación y había fingido un encuentro casual para devolverle sus llaves. Luego le había pedido una cita, al comienzo pensó que ella lo rechazaría pero hubo algo que la hizo cambiar de opinión y él lo había agradecido.

Ella era diferente a cualquier mujer que hubiese conocido antes, y cuando le pidió ser su novia, y vio ese extraño brillo en el fondo de sus ojos, no pensó en nada más que hacerla feliz, tan feliz como para que esa pequeña luz nunca desapareciera. Quería verla sonreír a cada momento.

Pero conocía a sus padres sabía que ellos la investigarian cuando la presentará como su prometida, porque ese era su objetivo, hacerla su esposa.

Así que dando un paso más allá pidió a un detective que la investigará, así fue como descubrió todo su pasado, pero saber toda la verdad solo lo había hecho enamorarse más de ella.

No sabía porque, pero él no podía dejar de amarla. Así que decidió dejar su pasado atrás y jamás tocar ese tema.

Cuando ella le dijo que viajaría a Inglaterra hace mes y medio todas sus alarmas se pusieron en alerta así que la siguió, necesitaba saber exactamente que estaba sucediendo y lo averigüo. Su Any estaba siendo chantajeada por un imbécil al que el le daría una lección.

Cuando dos días atrás había visto al Edward en su puerta, había fingido ignorancia, se había mantenido al margen y había preferido irse para no levantar sospechas ya que había notado algo extraño en el apartamento vecino al de Any, le dió la impresión de que alguien miraba desde el otro lado de la puerta.

Ella lo había llamado insistentemente pero no habia podido contestar, era necesario mantener un perfil bajo para poder sacarla del país sin levantar sospechas y sin llamar la atención del chantajista o de la policía. Pero había sido en vano, ella estaba en peligro ahora, y si el no la encontraba pronto y sana iba a volverse loco.

Cuando Isabella había bajado las escaleras corriendo hacia el portero y le había exigido los archivos sus sospechas fueron resueltas si que había algo raro en el apartamento del vecino.

Y ahora que tenía un nombre, solo era cuestión de tiempo, muy poco tiempo para descubrir donde tenía a su chica.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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