Jamás había estado donde se encontraba ahora. Era el lugar donde nadie desearía llegar, porque estaba literalmente en el infierno... Uno propio; uno que fue hecho exclusivamente para él.
Se encontró atrapado dentro de un sueño, más bien una pesadilla, durante horas, en donde aquel ser se apoderó de su cuerpo y comprendía perfectamente que el monstruo que habitaba dentro de él había aflorado, avisándole que no tenía vuelta atrás.
Se toma el cabello con ambas manos en señal de que se siente completamente perdido, pero nadie puede verlo y es mejor que así sea. Daisy duerme desnuda sobre la cama sin imaginar lo que Kylo carga consigo desde hace una noche.
Y así es como se da cuenta de que ha llegado la hora de asumir que probablemente esta sea la última vez en la que la hizo suya antes de desaparecer de su vida...
Y de su mente...
Porque la idea que ronda su cabeza es tan macabra como lo que ha hecho la noche anterior.
Pero no...
Se apoya en el respaldo de la cama, negándose por completo a lo que ha pensado, aquel acto que podría ser tan estúpidamente egoísta y heroico al mismo tiempo: Borrarlo para siempre de sus pensamientos.
Se levanta de la cama y da vueltas una y otra vez. No es un experto, no tiene la misma capacidad de Scar para manipular la mente de otro ser, pero podría intentarlo. Tal vez sea lo único que le queda para que ella no sufra su partida, o peor, que se entere de que ha hecho cosas que le decepcionarían para terminar odiándolo.
Y ya no tiene ganas de pensar...
Entonces se dirige a la ducha, deja que el agua recorra su cuerpo desnudo, en un intento de borrar todo lo sucedido hace algunas horas y la maldita idea que ronda su cabeza, pero es que el solo hecho de pensar que ella podría odiarlo lo tortura en demasía.
Logra calmarse por un instante al sentir el calor invadirlo por completo, y casi puede jurar que la culpa no existe.
¿Acaso debería hacerlo?
Sale de la ducha, y se observa a través del espejo, en una imagen que parece cansada y demacrada. Sus alas parecen haber volado kilómetros y kilómetros.
Las marcas grabadas en su cuerpo dan cuenta de que es mucho más que una profecía, es una condena que duele, que lastima poco a poco; el castigo no es saber que un día vas a convertirte en una aberración... El verdadero calvario es vivir con la constante tortura, el maldito miedo de dañarla para siempre.
Es por eso que algo en su interior le avisa que por fin ha tomado la decisión.
¿Cómo podía sentirse tan débilmente humano y al mismo tiempo un poderoso monstruo?
Y no podía decir que se sentía orgulloso. Muy por el contrario, el recordar lo que hizo lograba causarle una extraña sensación en el pecho, en especial cuando tiene vagos recuerdos de aquella mirada suplicando por piedad delante de su figura monstruosa y desorientada, sedienta de sangre; pero que no sintió ni un poco de remordimiento... Excepto cuando el color verde en esos ojos le recordó que eran idénticos a los de ella...
A los ojos de Daisy...
Los mismos ojos que ahora duermen en paz sin imaginar que jamás lo podrán ver otra vez. Se sienta a su lado, se permite observarla por un instante y le parece que es lo más hermoso que ha visto, mientras le acaricia el cabello con suavidad, procurando que no despierte.
La despedida es lenta, dolorosa; quiere besarla una última vez, pero no puede hacerlo por temor a que si lo hace, no pueda dejarla nunca más.
En estos malditos momentos es cuando todos los hermosos recuerdos vienen a su mente para torturarlo; su mirada llena de esperanza, su sonrisa, su esencia que lograba atraparlo por completo, como un prisionero que jamás querría escapar.
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𝕰𝖑 𝕻𝖗í𝖓𝖈𝖎𝖕𝖊 𝖉𝖊 𝖑𝖆𝖘 𝕿𝖎𝖓𝖎𝖊𝖇𝖑𝖆𝖘 / [ REYLO AU ]
FantasíaEl infierno es su legado La oscuridad su herencia Un demonio enamorado Perderá la prudencia. El amor es impredecible como el viento tiene dolor, tiene dulzura pero no podrá escapar lo hará perder la cordura. Tratarás de escapar y desatar estas caden...