Conversaciones

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Este y el otro iban a ser un sólo cap, pero me quedó muy largo.
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Fueron recibidos igual a héroes, con tanta dicha y celebración que fue difícil creer se trataba de Descanso En La Nube. Sin embargo, Wei Ying y sus compañeros cultivadores se sentían ajenos al ánimo.

Los orbes grises viajaron alrededor, tratando de volver a familiarizarse. Su vista bajó cuando divisó a Lan Mia yendo hacía él, e incluso llamándolo.

—¡Hermano mayor Wei! ¡Volvieron! ¿Dónde están madre y padre?

Fue como si el cielo hubiera caído sobre los hombros del de túnicas negras.

—¡Wei Ying!- Exclamó asustado Lan Zhan, viendo el color desaparecer en su prometido y el cuerpo inclinarse fuera del burro.

Bajó la espada, y lo alcanzó consiguiendo impedir el menor se llevara un fuerte golpe. Acunó al oji gris sobre su pecho, escuchando los murmullos apenas audibles:

—Es mi culpa...

Mingyang se dió cuenta, y jaló a Xichen por la mano entre el estruendo de vítores y gritos de júbilo, dirigiendo al mayor lejos de la pareja y yendo hacía Lan Mia.

—¡El hermano Xian está cansado! Déjalo descansar antes de saludar, ¿De acuerdo?

—¡Muy bien, hermana Yang! Cuando se sienta mejor, quiero jugar con el hermano Wei- Accedió inocente la niña- ¿Y mis padres?

—Ya te cuento. El hermano Xichen quiere ver primero al pequeño Jingyi...

—¡No es justo! ¡Todos quieren más a mi hermano menor! Bueno, no importa mientras el hermano Wei me quiera más a mí- Reclamó formando un puchero Lan Mia, dejando los dos mayores la tomen de las manos.

Pero Wei Ying negó, sintiendo una aguja pinchar su pecho. No quería escucharla más.

—Sácame de aquí.

Su prometido accedió, y lo llevó fuera del bullicio a través de árboles, hasta el lugar donde alimentaban clandestinamente los conejos y aceptaron los sentimientos todavía confusos para ellos. Aquella escena parecía haber sido totalmente ajena a ellos, como un simple espectáculo sobre el deseo juvenil y pasión entre inexperimentados adolescentes.

El Lan menor cargó fuera del burro al oji gris, y se arrodillaron sobre el césped demasiado abatidos para buscar un sitio mejor.

—Lan Zhan... ¿Qué voy a hacer ahora?... ¡Sólo son unos niños!- Susurró conteniendo las lágrimas Wuxian, apretando una mano en su pecho sintiendo se oprimía más a cada minuto- ¡Sus padres eran inocentes, deberían estar vivos!

—Desahógate, cargaremos la culpa juntos- Murmuró el oji dorado sobre la oreja de su prometido, entrelazando los dedos trás el cuello del menor permitiendo la cara angustiada ajena esté oculta contra su pecho- Ellos creían hacías lo correcto.

—¿Qué?- Dijo escéptico Wei Ying aspirando el aroma a sándalo del Lan, encontrando cierta paz.

—Antes de morir, dijeron que alguien debía decirte hiciste lo correcto- Explicó Wangji, respirando sobre la nuca del oji gris.

—Pero, tú...

Lan Zhan permitió el menor se separara un poco, y Wuxian rozó su nariz contra la fina del hermoso rostro triste. Comprendió su pareja estuvo en ese lecho de muerte de los padres de Mia y Jingyi, pero no había demostrado cuánto le afectó por él.

—Lan Zhan, lo siento... ¿Qué piensas tú?

Hubo un momento de silencio. El menor colocó las manos a los costados de la ancha espalda que tantas noches fotografió mentalmente, admirando a su amado desnudo igual a una gema, pero los momentos que más amaba de él, era cuando permitía desnudar el alma para él.

Escarcha y Loto (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora