En La Hierba

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Wen Xu no es un personaje mío. De verdad en la novela original era el hermano mayor de Wen Chao, creo fue quien quemó la secta Lan y luego decapitado por Nie Mingjue durante la Campaña para Derribar al Sol.

Luego de la Cumbre Inferior, Lan Qiren se volvió menos rígido con Wei Wuxian: le permitió elegir el instrumento espiritual que quiera, dió permiso asistir al próximo cumpleaños de Nie Huaisang, y usar la cinta blanca como sujetador de cabello (perdió su cinta roja durante la Cumbre Inferior). También “Las tías” se volvieron más amables, incluso permitiendo sus hijos jueguen con él.

El único distante era Lan Zhan. Desde el funeral, Wei Wuxian había buscado los primeros días momentos para hablarle. Tenían muchas cosas que hablar, pero Wangji se encerró dentro de sí mismo y si no estaba ocupado era porque iba a meditar.

Durante meses estuvo así, y Wei Wuxian sentía una sensación de pérdida enorme. Siguiendo su nueva rutina, luego del desayuno se puso en pie listo para irse a jugar con los discípulos menores.

—Espera, Xian-er.

—¿Qué pasa, maestro?– El oji gris giró sobre sus talones mordiendo un panecillo de carne que sobró.

Ojalá no sea haya descubierto las Sonrisas del Emperador escondidas.

—...– Qiren suspiró como si fuera muy difícil dignarse a preguntar y cerró los ojos– ¿Pasó... Algo entre tú y Wangji?

Wei Wuxian se atragantó.

—¿Por qué... Pregunta?– Interrogó fingiendo serenidad inútilmente.

¡Aún no sabía quién diablos fue el que espió aquel beso con Lan Zhan! Había temido durante meses le contaran el chisme al adulto y parecía llegó el momento.

—Mi sobrino te estima mucho, lo sé. Desde hace tiempo me preocupa ya apenas se vean y ande tan joven lleno de responsabilidades... Hasta me recuerda cuando murió su madre– Explicó el mayor acariciando su barba.

Wei Ying si fuera un conejo estaría levantando interesado las orejas. No había tenido oportunidad saber sobre la madre del oji dorado, y quizá pueda comprenderlo mejor.

—¿Lan Zhan era un niño muy pegado a su madre?

—Algo así. ¿Y qué ocurrió malo entre ustedes?

“Más bien, ¿Qué no ocurrió?”, pensó Wei Ying dudoso. A pesar de cómo aparentaba ser, Lan Qiren siempre les habló sobre sexualidad abiertamente e insistía no fueran reservados con él sobre el tema. Pero era más fácil decirlo que hacerlo.

¿Se decepcionaría si supiera sobre el beso? ¿Pensaría no era adecuado para Lan Zhan? ¿Qué opinaba sobre los homosexuales?... Ni siquiera tenía claro si era algo romántico lo que sentía.

Rascando el cuello, pensó debía quitarse la duda de encima.

—Ehm... Es complicado... Yo, sobre eso... ¿Qué pensaría si, Lan Zhan o yo, nos enamoramos...– Tartamudeó nervioso, intentando no delatarse.

Menos mal no fue tan directo. Lan Qiren abrió mucho los ojos, desviando la mirada a la mesa donde siempre comían. La conmoción en su rostro no podía ocultarse.

Por un momento, Wei Wuxian iba descartar el tema fingiendo era una broma.

—Si se enamoran, no puedo controlarlo– El adulto tomó una bocanada de aire, cubriendo su frente elegantemente– Sólo espero sean felices y no sufran.

El discípulo adoptivo en realidad esperaba no recibir respuesta. De pronto pudo percibir el parecido entre tío y sobrino, recordando las inesperadas palabras inmensamente tiernas del oji dorado a veces.

Escarcha y Loto (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora