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IV

Yuta terminó su clase de física cuando sonó el timbre, salió junto a sus amigos Hansol y Johnny al patio. Los tres eran mejores amigos desde pequeños y eran el trio inseparable de la secundaria, a pesar de que los tres estaban en distintas clases eso no afectaba ni lo más mínimo a su amistad.

Yuta corrió, atravesando el campo de fútbol y yendo directamente hacia sus dos amigos.

—¡Yuta! —exclamó Johnny dibujando una sonrisa.

Una vez estuvo junto a ellos Hansol se acercó a él rápidamente.

—Yu, no te lo vas a creer, Winwin va a hacer una fiesta en su casa esta noche, estamos todos invitados, va a haber alcohol, música y mucha gente.

—Espera, ¿Winwin nos ha invitado?, ¿a nosotros? —Su cara se llenó de ilusión, el chico que le gustaba había invitado a su grupo de amigos. Había pensado en él, bueno, en ellos.

John asintió con alegría y le dio un pequeño golpe en el hombro. Regalándole una mirada cómplice.

—Ya sabes lo que debes hacer, no pierdas tu oportunidad —añadió Johnny.

—Exacto, así que esta noche ve deslumbrante a esa fiesta porque vas a conquistar a nada más y nada menos que al capitán del equipo de fútbol.

Yuta asintió con la cabeza y rió con ellos, no podía esperar a que llegara la noche.

Y así fue, Yuta pidió permiso a sus padres, pero no exactamente para ir a la fiesta, les dijo que se quedaría a dormir en casa de Hansol ya que era viernes y al día siguiente no tendrían que ir a clase.

Yuta se puso una camisa negra abotonada a excepción de los dos botones superiores e inferiores, quedando solo con los del medio, se esa manera se podía ver su bonita piel. Llevaba unos pantalones ajustados del mismo color y unas zapatillas blancas para no ir muy arreglado, tampoco quería parecer un desesperado en esa fiesta.

Una vez salió de casa quedó con sus amigos antes de entrar a la fiesta, los dos estaban allí cuando llegó. Sin embargo no había llegado tarde, de echo fue puntual.

—Vaya Yuta, te has lucido, no te veía tan decidido desde que sacaste dos décimas más que yo en el examen de inglés.

Johnny y Yuta rieron.

—¿A quién se supone que quieres conquistar tú? —dijo Yuta arqueando una ceja.

—No te lo voy a decir.

—Venga ya, no seas así —Johnny lo miró esperando por la respuesta a la pregunta que hizo su amigo.

—¿Que es eso que huelo?, ¿celos? —habló Hansol.

—Más quisieras tú

Yuta rió por la conversación entre esos dos, pero fueron irrumpidos por el anfitrión de la fiesta.

—¡Hey! Hansol, Johnny y Yuta... ¿Verdad? —el japonés sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar esa voz.

—Venid dentro vamos a jugar a la botella, aún nos queda toda la noche por delante.

—Yuta, ¿porque no vas tú primero? Johnny y yo vamos a recoger a un amigo y ahora volvemos.

Yuta pilló la excusa de sus amigos pero se quedó callado, no podía decir nada con Winwin delante.

—Claro —dicho esto el anfitrión sonrió y lo rodeó por el hombro llevándole adentro.

Al entrar se dirigieron a una zona de sofás y sillones algo más apartada, la casa estaba llena de gente.

Pudo reconocer a las personas allí sentadas, habían chicas y chicos, estaban Seungkwan, Eric, Seungwoo, Solar, Ryujin y por último Winwin y él. Algunos eran de su mismo curso y otros de cursos superiores como lo eran Winwin, Solar y Eric.

—Hola chicos, ya estamos todos ¿no? —dijo la chica de su curso.

El anfitrión asintió, Yuta y el cogieron asiento, quedando frente a frente.

El japonés no sabía ni cuántos chupitos había tomado ya, demasiados, sinceramente había perdido la cuenta pero no estaba tan ebrio como tal.

Johnny y Hansol llegaron rato después y se unieron a ellos, contaban anécdotas, bailaban, reían con los chistes malos de Seungwoo. A ese paso el alcohol los iba a dejar ciegos.

Winwin tenía muy mala cara, era de los que más habían tomado por haber hecho una competición contra Eric, a ver quién era más machito.

Yuta lo notó en su cara, y el resto también, pero nadie parecía tener intención de ayudarle. No lo aguantó y se levantó rodeando sus hombros con el brazo del mayor. Subió al piso de arriba con él y entró al baño, que dio gracias a que estaba vacío. Lo sentó en el suelo y mojó una toalla en el grifo que pasó por la frente y el cuello del mayor. Poco a poco sus náuseas pararon.

—Idiota, ¿si no aguantas el alcohol por qué tomas? —dijo mientras daba leves toquecitos en su frente con la toalla.

Winwin alzó la vista lentamente, sus ojos se encontraron y sin darse cuenta estaban cada vez más cerca. El mayor puso su mano en la nuca del menor y lo atrajo hacia el, uniendo sus labios en un beso lento y deseoso.

Al separarse Yuta lo miró con una tímida sonrisa.

—Me gustas Winwin...

—A mí también me gustas —el menor sonrió.

El fin de semana pasó desesperadamente lento, Yuta no pegaba ojo desde lo ocurrido en la fiesta.

Pero el lunes porfin llegó, los chicos habían terminado de jugar y Yuta los observaba desde las gradas. En cuanto todos volvieron a recoger sus cosas y a tomar agua, el japonés bajó al campo y fue directo hacia Winwin con una gran sonrisa en su cara.

No tardó en borrarse cuando vio Hansol llegar con una botella de agua fría para él, se la entregó y lo besó.

Y Winwin correspondió a su beso.