VI

107 15 14
                                    

Hansol había empezado a frecuentar más el local y el menor siempre estaba encantado de recibirlo allí.

Días más tarde esos dos comenzaron su amistad, el rubio era fotógrafo profesional y le gustaba sacar fotos para que el azabache las dibujara.

Lo cierto es que Taeyong realmente lo pasaba bien con él pero el mayor era como una lapa, estaba todo el día junto a él, y aunque no le molestaba llevaba casi una semana entera sin volver a ver a Yuta, sus mensajes entraban en su móvil y el rubio lo mantenía tan entretenido que no tenía tiempo ni para responderle.

Yuta estaba solo, no hablaba casi con nadie más que con su madre por teléfono, que para colmo estaba en Japón. Quería saber que era lo que mantenía tan ocupado a el mayor, lo extrañaba.

Ese día Taeyong y Hansol habían quedado para ir a la bolera, ambos coincidieron en la idea de que ese era el lugar perfecto para sacar algunas fotos retro que luego el menor podría dibujar y pintar

Quedaron frente al lugar que se volvió su punto de encuentro, lo que era la galería de arte, de allí se fueron en coche.

—¡No es justo!, ¿Como es que tú llevas tres strikes seguidos y yo no llevo ni uno? —dijo Hansol con una mueca de indignación, a lo que Taeyong rió.

—Supongo que simplemente se me da bien, o a ti se te da muy mal.

Ambos rieron.

—¿Me estás retando?

—No lo sé, ¿tú que crees?

El rubio lo miró desafiante cogió una de las bolas y se posicionó para tirar.

—Lo estás haciendo mal —dijo el azabache mientras se colocaba junto al rubio.

Agarró la bola por debajo y tomó la mano de Hansol entre la suya, colocando bien sus manos para tirar bien.

—Inténtalo así.

El mayor asintió y tiró la bola con más facilidad, para su suerte incluso consiguió su primer strike.

Miro al menor con ilusión al ver el marcador en la pantalla, Taeyong sonrió al notar su emoción.

Pasaron la tarde jugando y sacando fotos el uno al otro, el azabache se lo estaba pasando realmente bien, pero mentiría si no dijera que necesitaba ver a Yuta y pasar la noche con él viendo una maratón de anime o algunas películas de acción viejas.

Más tarde decidieron ir a la cafetería a la que tanto iba Taeyong, pidieron unos cafés y se sentaron donde Yuta y él solían sentarse, parecía que esos asientos fueran solo para ellos.

Yuta se aburría, su mejor amigo seguía sin dirigirle la palabra y tampoco parecía querer desbloquearlo. Pensó múltiples veces en ir a su casa y pedirle disculpas pero al parecer hasta para eso era cobarde.

Finalmente se calzó unas zapatillas blancas y se puso un conjunto de chándal cómodo para salir, solo iría a tomar el aire, necesitaba salir un poco de su habitación.

El japonés caminaba por las calles observando el cielo rosado y el sol ponerse. El tiempo era perfecto hacía frío pero no llovía, no hacía demasiado viento por lo que no se estaba congelando, pero quería tomar algo caliente así que allí se dirigió.

Hacía días que no iba a esa cafetería, a veces pensaba en ir y encontrarse al mayor allí, con su café ardiente, sus labios secos y su libreta de hojas beige. Pero era una pérdida de tiempo pensar eso, no respondía sus mensajes así que el azabache debía estar muy ocupado.

Cruzó la puerta de la cafetería, haciendo sonar la común campanita de la puerta. Estaba pensando en que se pediría hasta que los vio.

Si tan solo no hubiera mirado, allí estaba Taeyong, como cuando lo encontró con Doyoung, pero estaba con otro chico, lástima que reconoció su rostro al instante.

Estaba con Hansol, ¿ellos dos?, ¿juntos?, ¿de qué se conocían?

El terror invadió su cuerpo, Taeyong miraba al mayor, el portaminas tapando la vista de su ojo izquierdo, lo estaba dibujando como cuando lo dibujaba a él.

Antes de que pudieran darse cuenta salió de la cafetería, y las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos una vez más.

ink; yutaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora