El Prisionero De La Bestia [Harco/Drarry]

Prologo

Había una vez, en un reino lejano, dos reyes, que gobernaban con amor, compasión y justicia. Tuvieron un hijo al poco tiempo de casados, Harry era el nombre del adorado niño de ojos verdes.

James, el rey de aquel reino, comprometió a su hijo en matrimonio cuando un reino, casi tan poderoso como el suyo, dio la noticia de que el heredero a la corona había nacido, casi dos años después que Harry, y todo fue alegría hasta ese momento.

Pero entonces llegó la guerra.

Tom Riddle, un hombre vil y con ansias de poder, atacó el reino junto a muchos otros seguidores que creían en el hombre ciegamente. La guerra, como muchas otras, trajo muerte y miedo, y poco después de haber comenzado, los reyes fueron asesinados.

Entonces cuando parecía que todo estaba perdido para el reino y que el mal había ganado, algo pasó y Tom Riddle desapareció. 

Poco a poco sus seguidores cayeron o huyeron y nunca mas se supo de ellos, el reino empezó a restaurarse desde ese día. Los años pasaron y con ellos la alegría volvía al reino, pero no para todos. Harry Potter, el príncipe que había quedado huérfano años atrás, había guardado mucho odio y soledad dentro de si mismo. Se volvió arrogante y, poco a poco, cruel. Los años iban pasando y el reino pasaba mas penas que alegrías.

En una noche donde el príncipe, de solo 17 años en ese entonces, dormía plácidamente, alguien llamó a la puerta del castillo. Un hombre mayor, arrugado y encorvado sobre si mismo pedía ver al príncipe, se negaron en un primer momento, pero cuando el hombre parecía que no se iría jamás, decidieron llamar al príncipe. 

El príncipe histérico porque alguien insignificante había interrumpido su sueño, decidió ponerle fin a su mala noche y fue el mismo a abrir la puerta al hombre mayor. 

El hombre de poco cabello, bolsas en los ojos y nariz larga le pidió al príncipe un lugar para alojarse durante esa noche, ofreciéndole como único pago, una rosa blanca. El príncipe estallo en carcajadas y se burló del hombre, poco esperaba que después de los primeros segundos de burla, el hombre frente a él se transformaría en un sabio mago de largos cabellos blancos, alto como pocos lo eran y con una túnica que parecía brillar.

El príncipe, al verse frente a un hombre tan poderoso, y por ende peligroso, cayó de rodillas pidiendo perdón. El mago hizo poco caso a sus lamentos y con un movimiento rápido, de lo que parecía ser una varita larga y delgada, lanzó al príncipe varios metros atrás.

Cuando los guardias corrían a proteger a su príncipe, era tarde. El mago solo dijo pocas palabras, le dio la rosa al príncipe que aun en el suelo y desapareció.

Alterado por lo que había dicho el mago, el príncipe corrió por el castillo, esquivando la mirada de todos, y al llegar a su habitación, frente a un espejo, vio lo peor. En el espejo ya no estaba aquel chico encantador de marcada barbilla y ojos grandes, en el espejo estaba lo que él reconocía como un monstruo. Tenia cicatrices por toda la cara, deformándola entera, su cuerpo incluso era más alto y más ancho, sus manos y pies no tenían la forma habitual y con toda la ira que tenia rompió el espejo en mil pedazos al golpearlo con fuerza.

Entonces un destello iluminó el castillo entero.

Nadie sabe lo que pasó exactamente ese día, pero si lo que pasó después.

El príncipe se encerró en su castillo bajo una mascara que cubría todo su rostro, menos sus brillantes ojos verdes. De todos los que habían estado en el castillo esa noche no se supo nada más. El castillo se cerró para todos y los valientes que entraban no volvían a salir. La gente, aterrada por lo que pudiera haber en el castillo, abandonó el reino en poco tiempo dejando todo completamente vacío.

Se dice que lo que el mago dijo aquella noche era la solución a la maldición, pero nadie lo sabia con certeza, pero una cosa era segura, la rosa, aquella que el mago quiso usar de pago aquella noche, era resguardada por el príncipe, en su habitación, dentro de una caja de cristal. 

La rosa perdía pétalos cada cierto tiempo y conforme caían los pétalos, Harry se iba alejando más de todos y de todo.