• B E G I N • Kookmin // FanFic [+21].

Capítulo II

Los semanas pasaban, la situación no cambiaba. Jimin se había deprimido. No quería comer, no quería dibujar, incluso no quería bañarse. Su papá lo tuvo que obligar.

-Cariño, ¿no crees que Jimin ha estado muy triste estos últimos días?- Preguntó el padre de Jimin a su esposa mientras veía a su hijo jugar sin ganas y algo deprimido. Probablemente el señor Park era la única persona que conocía realmente a Jimin y lo amaba incondicionalmente. ¿Y cómo no lo iba a hacer si él era su único y verdadero hijo? Era su niño favorito.

-¿Qué? No. Los niños son así, ya se le pasara.- Dijo Seulgi restándole importancia.

-¡Pero ni siquiera quiere comer dulces. Mirá, hace cinco días que el tarro de caramelos esta lleno por primera vez!- Exclamó señalando aquel tarro azul con dinosaurios sobre la cocina. Jimin estaba tan triste que no tenía ganas ni de comer.

-Tal vez ya se aburrió de los dulces. Mirá esta gráfica del mes pasado, estamos subiendo de posición y los ingresos estan siendo duplicados si seguimos así podríamos ¡ampliar nuestra empresa!- Sonrió ella mostrándole los papeles con números grandes y figuras geométricas de colores aburridos.

-Estoy preocupado por Jimin. Incluso ya no juega con Jungkook... Él también ha estado muy silencioso y algo decaído, deberíamos hacer algo.- Dijo el señor Park tratando de volver a la conversación de antes y evitando tener que leer esos informes.

-Ellos están bien, asi son los niños, a veces se pelean. Si quieres hacer algo, por favor haz los diseños de esta temporada que debemos presentar. Si algo falla en mis cálculos serás tú y tus retrasos. Literalmente invertimos todo en esto, debemos enfocarnos.

-Pero, ¿y los niños?

-Precisamente hacemos esto por ellos. Asi podremos darles un futuro mejor. Ahora deja de preocuparte por tonterías y ponte a coser.

-Tienes razón...

Mientras tanto Jimin estaba recostado en el sillón moviendo, sin ganas, sus autitos de carrera mientras pretendía divertirse con ellos.
Era fin de semana, los domingos todos estaban en casa pero Jungkook había decidido hacer clases extra de catequesis en el instituto y llegaba mucho más tarde. Al principio todos se sorprendieron por aquella decisión pero sin embargo nadie lo cuestiono. Era el mayor y ya estaba entrando en la etapa de tomar sus desiciones por cuenta propia.

Y Jimin se la pasaba todas las tardes aburrido, esperando por el día en que su querido hermano volviera a jugar con él.

-¿Jiminie quieres venir un segundo y ayudarme?- Preguntó su padre viendo a su hijo, y dejando a su esposa sola en aquella fría mesa llena de cálculos y matemáticas.

-No tengo ganas.- Respondió Jimin desganado.

-Necesito terminar estos pequeños trajes para la colección infantil. Y necesito alguien que se los pruebe, ¿podrías hacerlo por mi? Te prometó que será súper rápido y sencillo.- Insistió su papá acercándose a él, para llevarlo a su estudio.

-Bien iré...- Dijo Jimin acompañándolo con pesadez mientras seguía a su padre.

El señor Park tenía razón, fue un cambio muy brusco el que hubo en su casa. Antes todos los días se escuchaban risas y carcajadas salir por las ventanas. Jimin y Jungkook todo el día se la pasaban juntos, disfrutando ester él uno con él otro. Pero de repente y sin aviso, un día todo cambió. El color de su hogar se apagó, y los sonidos de la felicidad fueron silenciados.

-¿Qué pasa hijo? ¿Alguien te hizo o dijo algo en la escuela, por qué estas tan triste?- Preguntó su papá cuando estuvieron solos en el estudio. Jimin estaba parado sobre una silla con los brazos extendidos mientras su papá iba de aquí a allá, midiendo su cuerpo. Comparando telas con las manos, y poniendo listones de colores sobre la cabeza de su pequeño hijo.