CAPITULO 18

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Durante la ausencia de Samuel, Carla invito a Lu para tomar algunas copas y conversar un poco, llevan días sin hablar ya que rubia estaba bastante ocupada con sus asuntos.

-Por fin das la cara – bromea Lu

-Ahora soy mujer casada, es diferente.

-Ya veo que todo funciona bien con Samuel, eso me alegra, tanto sufriste a su lado...

Carla siente un pequeño malestar al recordar esos tiempos, pero sonríe al ver que ahora todo cambio.

-Nunca pensé que él iba responder mis sentimientos, ahora parece como si no puede vivir sin mí.

-Ni tú puedes vivir sin él, se te ve en los ojos.

Carla se angustia de nuevo...

-Eso me da miedo, Lu... me da miedo que no puedo vivir sin él, es adicto estar con él y si algún día lo dejamos no se que pasara.

-Estas pensando mucho cuando deberías calmarte y disfrutar de la vida, que hombres como Samuel se enamoran una vez en la vida.

Durante todo el día Carla dejo de pensar en esas ideas locas, estaba esperando a Samuel quien estaba terminando con el trabajo.

-¿Ya te vas? – pregunta su papa

-Si, me voy, de verdad quiero irme a la casa y estar con mi esposa.

-Has cambiado mucho, que ni te reconozco.

-Va ser que tienen razón cuando dicen que el amor cambia a las personas.

Su padre aun no estaba seguro de lo que le pasa a su hijo, pero sabía que se ha vuelto más frágil y más cariñoso.

-Deberías tener mucho cuidado, las mujeres son peligrosas, siempre en control y conociéndote bien se que a ti no te gusta que no tengas control.

-¿De dónde viene eso?

-Solamente quiero que piensas con cabeza.

-No te preocupes por mí, fuiste tú quien quiso que me case con Carla y ahora que de verdad me enamore de ella me vas con esto...

-De eso hablaremos otro día.

Samuel no entiende que tenían que hablar, pero al recordar que volverá a casa se estaba sintiendo bastante feliz.

Cuando no la encuentra en la cocina, va a la habitación y la encuentra cambiándose, estaba llevando ropa interior de color rojo. Samuel no se puede resistir, se acerco a ella, mirándola atreves el espejo.

-Vaya, que has llegado en el peor momento posible.

-¿Lo dices porque eres casi desnuda?

Carla sonríe, aun mirándolo atreves espejo, siento mano de Samuel pasando por su cintura, hacerle sentir escalofrió y ve como el mueve una parte de su pelo del cuelo para besarle esa parte. Su mano empieza bajar hacia las bragas de Carla, tocándola...

Poco a poco los dos avanzan hacia la cama, Carla sienta sobre rodillas de Samuel besándola en los labios, hasta que él le detenga un poco.

-¿Tú crees que estamos un poco obsesionados con esto?

-¿Con que?

-Con tener sexo todo el rato...

-No, yo creo que estamos muy enamorados y que a veces lo expresamos de esta manera, no tiene nada de malo.

Samuel le besa y así empiezan hacer el amor, intensamente y locamente, como siempre.

El siguiente día ambos despertaron al mismo tiempo al oír alarma del móvil de Samuel.

-¡Puto móvil! – se queja Samuel

-¿Ya tienes que irte?

-Lamentablemente.

-Esta noche te tengo una sorpresa – susurra Carla

-¿Qué tipo de sorpresa?

-Ya verás...

-Dame una pista, por fa.

-No seas ansioso, guapo.

-Joder... ahora no dejare de pensar en eso todo el día.

Carla se acerca a su oído, sonríe sensualmente, susurrándole.

-Quisiera experimentar algo nuevo contigo – susurra 

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