CAPITULO 10

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Unos días después de que estaba enfermo, Samuel creía que había logrado acercarse más a Carla y hacerle ver que le gusta, pero al venir a la empresa se encontró con una sorpresa poco agradable.

Carla también apareció en una reunión importante, cuando la vio sentada en la mesa junto a Christian volvió perder el control.

-¿Qué es lo que pasa aquí? – cuestiona molesto

-Por fin vino el niño rico que no sabe aparecer a tiempo – murmura Christian

-¿No te quedo claro lo de otro día? – grita

Carla se daba cuenta que lo que hico podría provocar otra pelea entre los dos, aunque esta vez no lo hacía a propósito.

-Samuel, yo vine para...

-¿Por qué coño buscas joderlo todo? – cuestiona al agarrar a Christian por camiseta

Christian sonríe satisfecho por haber logrado provocarlo de nuevo.

-Samuel, para...

Samuel empuja a Christian y de pronto aparece el padre de Samuel, deteniéndolo.

-¡Samuel!

-¿Lo haces a propósito, no?

-Yo no tengo la culpa de que no sabes cómo conquistar a una mujer, porque eso es lo único que buscas de ella – responde Christian

-¡Vete a la mierda!

Carla no sabía si creer a lo que Christian comentaba, por un momento pensó que Samuel era sincero, sobretodo en esos últimos días.

-Christian, sal de aquí – le dice el padre de Samuel

Christian y Carla salen de la oficina.

-Papa, no puedes dejarlo salirse con la suya.

-¿Qué te pasa? ¿Quién te crees que eres?

-Es su culpa.

-Te dije que tengas mucho cuidado con lo que haces, si tanto te frustra toda la situación voy a hacerte el caso y obtener el divorcio.

-¿Divorcio?

-¿Quieres divorciarte de ella?

-De eso nada...

-¿Tan pronto cambiaste la opinión?

-Te hice el caso y ahora estoy...

-¿Qué?

Samuel no sabía cómo decirlo, nunca sabía como expresar lo que siente.

-No me quiero divorciar y punto.

-¿Seguro?

-Estoy completamente seguro y si vuelves mencionarlo solamente me enojaras mucho, y por favor manténgalo alejado de Carla porque te juro que le voy a matar.

-¿Qué te está pasando últimamente?

-Hazme caso.

-No vuelves meterte en otra pelea con él, es tan arrogante que podría comentarlo todo a Juan y entonces el dejara de ser nuestro socio. ¿Eso quieres?

-Solamente quiero que se aleja de ella.

Cuando volvieron a casa Samuel estaba bastante callado y nervioso, la idea de que Carla podría dejarlo e interesarse más en Christian le estaba volviendo loco. Y a Carla le molestaba ese silencio, no sabía qué hacer.

-Lo siento – dijo

-¿Por qué lo sientes?

-Es por mi culpa que casi te agarraste a golpes con él.

-No puedo hacer nada, mientras tú sigues provocando toda esta situación.

-¿Perdón?

-¿Qué pasa? ¿Dije algo que no sea verdad?

-Yo no hice nada, tu padre me pidió que venga a la reunión porque al parecer tú desapareciste.

-¿Por qué sigues cerca de el? ¿Qué pretendes?

-O sea, estás loco.

-Loco de celos, quizás – dijo en voz baja

Pero fue suficiente para que Carla le oiga y empieza cuestionar si en realidad había llegado muy lejos con lo que estaba haciendo con Christian.

-¿Qué dijiste?

-Olvídalo...

Samuel entro en la cocina, ese día se encontraban solos y por eso a Samuel no le importo pelearse con ella y terminar con ese asunto de una buena vez.

-¿Vas a huir después de lo que dijiste?

-Y si te digo que estoy muriendo de celos, ¿Qué vas a hacer?

-No sé qué decirte...

-¿Ves?

Carla se acerca a él, aunque Samuel prefiere ignorarla y salir de casa, ella le toma por la mano, le aprieta.

-Hablemos de esto de una buena vez, que no puedo mas – le ruega

Samuel da vuelta, acaricia su mejilla, le mira fijamente en los ojos y de repente siente la misma debilidad de siempre.

-Imaginarte en brazo de otro me hace querer todo lo que se encuentra en mi camino, no se me hace fácil saber que otros tipos de desean, no puedo con eso. La manera en la que me miraste antes de casarte conmigo y durante los primeros días del matrimonio es tipo de mirada que necesito toda la vida, me miraste como ninguna mujer lo haya hecho. Fuiste capaz de todo por mí pero yo te empuje de mi lado y lo siento mucho por eso.

-Fuiste cruel.

-Lo siento mucho.

La mano de Samuel baja sobre labios de Carla, acariciándola.

-Te necesito.

-¿Hasta que te aburres de mí, no?

-No, te necesito siempre.

Carla le empuja, pero Samuel le toma por la cintura, le mira bruscamente y es más claro que nunca que no piensa dejarla irse tan fácil, esa vez no.

-No te puedes ir así, la que va huyendo eres tú...

Carla bufa frustrada, pero de todos modos sigue a su lado.

-La noche que me besaste fue un golpe en la cara, uno de golpes más fuertes que recibí y el otro golpe fuerte fue cuando te vi hablándole a Christian en la gala de beneficio. Pero cuando me besaste fue una sensación increíble, sabía que quiero volver sentir tus labios y el deseo que me tienes.

Carla le mira tristemente, acaricia su mejilla. Samuel toca la mano con la que acaricia le mejilla y cierra los ojos.

-No se puede confiar en ti, Samuel... eres así, dulce y venenoso.

Samuel abre los ojos, le mira sorprendido, ella empieza caminar pero de pronto de nuevo le detenga. Esta vez se vuelve más frustrado y seductor, algo que a Carla le encanto.

-Te besare y te hare el amor, entonces te darás cuenta que en mi podrás confiar y que jamás haría algo para provocarte daño porque creo que llego el momento para entregarle a alguien mi puta alma y esa persona eres tú.

En busca de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora