25/05/2021 - Intercambio

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Miya era el chico más inteligente de su clase, creaba máquinas realmente extrañas y que funcionaban a la perfección, aquella ocasión no había sido la excepción.

¡Había creado una máquina! Solo había un pequeño problema, no tenía ni idea de como funcionaba o que es lo que hacía, pero aun así lo había construido.

—¡Pequeño, Miya! ¿Que haces? —dijo Reki entrando al taller del chico.

—Intentando descubrir cómo funciona esto que acabo de crear —explicó, mirando la máquina detenidamente.

—Ah ¿entonces no tienes tiempo para patinar con nosotros? —volvió a preguntar el pelirrojo.

—No, pequeño slime, primero debo averiguar cómo funciona esto —miro a su amigo con los brazos cruzados.

—¿Y si nosotros te ayudamos? —pregunto Langa entrando al lugar.

—¿Y cómo podrían ayudar ustedes dos? —miró a ambos con los brazos cruzados.

—prueba tu máquina esa en nosotros —dijo Reki con obviedad.

Miya tuvo que pensarlo, realmente no sabía que es lo que esa máquina hacía ¿que tal si algo malo pasaba? No podía poner a sus amigos en riesgo solo por una máquina.

—Esta bien.

Acepto al final ¿que es lo peor que podría pasar? ¿Convertirlos en gatos? Bueno, eso no sería tan malo.

Una vez que sus amigos y la máquina estuvieron en posición, la encendió y de esta salió un rayo verde que fue a dar directo a sus dos amigos, Miya se cubrió los ojos para no ver lo que iba a pasar.

El ruido de ambos cuerpos cayendo se escucho, el menor se descubrió los ojos enseguida, dándose cuenta de que sus dos amigos estaban inconscientes.

—Oh, no... Los mate.

☀️🎿🐈

—Miya... ¿Cuanto tiempo va durar esto? —pregunto Reki.

—Uhm... No lo sé, tal vez mucho, tal vez poco, depende cuanto tiempo me tome reparar esto —miro el artefacto que estaba roto.

Reki soltó un suspiro.

Lo que había pasado era simple o al menos parecía simple, Reki y Langa habían cambiado de cuerpos, era una sensación un tanto extraña, pero Langa parecía estar bien con eso, no dejaba de mirarse al espejo.

Mientras que Reki se sentía raro, no sabía que era, pero era un extraña sensación en el pecho, tal vez solo eran cosas suyas.

—Reki... —dijo Langa llamando la atención de su amigo.

—¿Pasa algo, Langa? —pregunto dirigiendo la mirada a su cuerpo... Era extraño.

—¿Por qué eres tan lindo? —pregunto sin dejar de mirarse en el espejo, tocando su cara.

—¿Eh?

La pregunta hizo sonrojar a Reki ¿a que venía aquella pregunta? Langa no es del tipo de persona que bromeaba con cosas así, si decía algo era por alguna razón.

—Tus ojos son muy bonitos, me gustan, todo tu rostro me gusta —para ese momento Reki parecía un tomate.

—Langa ¿que cosas estas diciendo? —dijo intentando romper aquella tensión que se estaba formando.

El canadiense se puso de pie y se acerco a Reki, era una escena extraña, al menos para ambos, estar en el cuerpo del otro era como mirarse en un espejo.

—Eso... Me gustas y es algo que había pensado en muchas ocasiones, buscando la forma de decirte esto que siento por ti —el chico lo miraba a los ojos.

Reki estaba muy nervioso que comenzó a balbucear cosas sin sentido alguno. Mirando al chico con atención, este comenzó a acercarse de forma lenta y cautelosa hacia él.

¿Iba a besarlo? Jo, por su puesto que iba a besarlo, Reki se quedó quieto, cerró los ojos esperando el momento en que aquello pasara.

La alarma sonó.

Reki despertó de golpe y cayó de la cama, dándose un buen golpe que seguramente le sacaría un chichón en la frente.

Lo primero que hizo fue mirarse al espejo, asegurándose de que todo estuviera bien, por suerte así era.

Todo eso había sido un sueño... ¿Por qué sus sueños tendían a ser así de extraños? No tenía ni idea.

Renga week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora