Capitulo 6

1.3K 111 19
                                    

Harry

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Harry

Desperté con ganas de morirme, tenía un dolor de cabeza que me dejaba con deseos de arrastrarme al infierno de las creencias muggles. Yo nunca fui un religioso, mis tíos ni siquiera iban a la iglesia, pero sabía de ello debido a la vieja vecina con la que solían dejarme.

Siempre me decía que los niños éramos creación del diablo, y que iría al infierno. Estaría feliz de verme rogar por ir allí.

Suspiré y me di la vuelta, a pesar de tener los ojos cerrados la luz del día me lastimaba. Había olvidado decirle a Kreacher que iniciará la remodelación y quitará la maldita ventana. Trató de alcanzar mis lentes de la mesa de noche, pero no la encuentro.

De un salto me incorporó en la cama, y siento algo caer sobre mi regazo. Mis lentes.

Al ponérmelos descubro que no estoy en mi habitación ni en ningún lugar que conozca. No sé cómo llegue aquí ni casa de quien es, no recuerdo nada.

La alarma dentro de mi cabeza se enciende y trato de recordar algo del día anterior, pequeños pedazos de lo que hice llegan a mi mente: Yo yendo a casa de Luna, yo llegando tarde a la cafetería, yo entrando a ese bar, yo estando borracho y diciendo que mi nombre era Barry y... Yo diciendo Buenas a un policía.

Escaneo la habitación que no luce nada como una cárcel, al menos no como las de las películas muggles que Hermione me obligaba a ver con ella. Esta parece la habitación de una casa cualquiera, muy pequeña, pero nada fuera de lo común.

La mesa de noche estaba a la izquierda de la cama de tamaño regular (cama sobre la que hasta hace unos momentos había estado durmiendo), había un pequeño ropero al lado derecho y varios zapatos regados por el suelo. Casi me desmayo al verlos, y mi dolor de cabeza aumentó.

Estos eran zapatos de mujer.

—Merlín, ¿Qué rayos hice?— me reprocho mientras tomo mi cabeza con ambas manos y me levanto de la cama tratando de no hacer ruido.

Por lo menos estaba vestido.

Abro la única puerta de la habitación y me recibe un pasillo, escucho voces provenientes de la que parece ser la sala. Camino lentamente y veo a varias personas de espaldas teniendo una discusión.

Aún no registró bien lo que dicen, así que me dedico a observarlos, son 6 chicas y 3 chicos, creo. Al escanearlos me resultan familiares.

Una rubia, dos castañas, dos pelinegras, una pelirroja, un moreno, un pelinegro y si no fuera por el cabello rosa del último diría que se trata del viejo grupo de Slytherin.

—¿Cómo se te ocurrió la magnífica idea de traer a ese idiota aquí?— ay no, si es Malfoy.

—Ya te dije que lo encontré tirado en un callejón— hablo la chica rubia, que intuyo es Daphne Greengrass.

Destinos Cruzados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora