Zoológico

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El problema de trabajar en un zoológico es que siempre terminaba empapado por el agua que le arrojaban los delfines cuando hacían sus trucos. No le importaba terminar así pero no le gustaba ya que en ocasiones no traía un cambio de ropa y tenía que irse caminando hasta su casa. En una de esas Zeke Jaeger, quién era otro chico que trabaja en el mismo zoo que él le dió un aventon, no le importó si estaba empapado ya que esa tarde de la cajuela de su auto saco una toalla para que no se preocupara.

"Gracias" Es la única palabra que pudo decir, y durante todo el camino hasta su casa habían hablado lo más mínimo, o mejor dicho él no hablaba mucho porque se sentía apenado. Por lo que supo Zeke cuidaba de varios animales pero los gorilas eran sus favoritos porque eran parecidos a nosotros. Él le había contado que estaba estudiando la carrera de veterinaria y que por eso quería estar en un zoo para tratar con ellos y ampliar sus conocimientos. Un chico decidido, fue lo que había pensando una vez que llego a su casa y se despidió de él.

Unos días después.

Habían pasado unos dos días desde que conoció a aquel chico, Erwin le había contado que era una persona bastante amable y amante de los animales, y que al parecer lo iban a mandar al área de los delfines una semana para que también pueda estudiarlos. Levi sonrió, algo que el rubio notó.

—¿Estas sonriendo, Levi? —Una pregunta muy directa pero nunca había visto de esa forma a su compañero y amigo de años.

—Claro que no, ya vete de aquí. —El ojiazul reía mientras se iba a su área. Había sonreído porque aquel barbudo le parecía interesante, la forma en que se expresó aquel día y como le brillaban los ojos le pareció encantador, era por eso que trataría de hacer un esfuerzo por hablar y no intimidarse.

La semana de prueba.

Ahí estaba, su primer día y Levi llegó temprano, más de lo debido pero mientras se acercaba a los bastidores notó que alguien más llegó temprano, se cambió rápidamente y disimulando salió del lugar para ir hacía la zona de los delfines notando al rubio quién parecía comunicarse con los animales.

—Oi, Levi, no sabía que tu área de trabajo era aquí. —El barbudo le sonrió, una sonrisa encantadora.— ¿Siempre llegas temprano?

Levi lo miró, y sólo pudo asentir, aquel chico se veía... se veía encantador y sin darse cuenta aquel rubio de lentes estaba cerca de su rostro mirándolo fijamente y con curiosidad.

—No eres mucho de hablar, ¿verdad? —Zeke lo miraba, notando como el otro se sonrojaba muy pero muy levemente y haciendo que él riera nerviosamente ya que había olvidado que era de mala educación acercarse tan de pronto a alguien.— Ahh, perdón a veces hago eso.

Se había sonrojado, era la primera vez que sentía sus mejillas arder y antes de que pudiera contestar a lo que el otro le había dicho este se fue corriendo. Era un tonto, pero un tonto imprudente.

Habían pasado ya dos días desde que el barbudo había ingresado a su área, no es que lo estuviera evitando pero el chico parecía muy ocupado ya que el jefe del área de los delfines estaba sobre él todo el tiempo, indicándole cosas, aprendiendo y demás. La hora de la comida llegó y el pelinegro tomo su alimento y empezó a caminar hasta el comedor, hoy era el día de descanso de Erwin, Hange quién también trabajaba con ellos estaba incapacitada y no había nadie más que conociera. Hasta que sintió que alguien se sentó a su lado, no le dio importancia alguna hasta que esté hablo.

—Por fin pude escapar de Magath, pensé que no me dejaría salir a comer. —El rubio río.

—Pensé que no comías. —El ojinegro lo miro por el rabillo del ojo, sonriéndole levemente.

—Y yo pensé que no querías hablar conmigo, Levi. —Su voz sonaba tímida, ¿acaso le había dado una mala impresión al chico?

Levi notó el tono de voz del otro chico, se quedó callado unos segundos intentando que decir sin cagarla más.

—Pero no importa, Hange... ella me contó que eres un poco tímido con las personas. —El chico río bajito, y Levi lo miró.

—Esa cuatro ojos. —Murmuro para si mismo.— Supongo que soy una persona de pocas palabras, perdón si di una mala impresión.

El rubio lo miró sorprendido, pero luego sonrió haciendo un ademán con la mano indicándole que no pasaba nada. Esa hora de comida la había aprovechado para poder hablar con el pelinegro, quien al parecer empezó a soltarse un poco más. Tenían algunas cosas en común y en opiniones tal vez diferían en ocasiones pero no importaba, aquel pelinegro era interesante.

La semana termino rápido y una semana no era mucho para poder conocer a alguien tan a fondo pero ellos dos por alguna extraña razón habían conectado tan bien. Ambos empezaron a comer juntos después de esa semana de prueba, a veces solos y a veces con los amigos de Levi. Zeke lo llevaba a su casa y Levi nunca podía decirle que no por la insistencia del barbudo, pero gracias a esa insistencia es que habían logrado llevarse tan bien. Tanto que sus amigos notaban que podía pasar algo más que sólo amistad pero decidieron no involucrarse y que aquello se diera poco a poco.

Mini historias | ZEVI [Attack on Titan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora