Año...

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No recuerdo cuando fue la última vez que escribí en esta libreta.
Pero jamás la perdí.
Sobrevivió a mi viaje atravez de una Tierra en ruinas, sobrevivió a los incontables entrenamientos, se llenó de sangre de las víctimas que me tocó liquidar, se transformó como yo lo hice y como ella lo hizo.
En un mundo en ruinas fue mi ancla.
En un mundo en ruinas fue mi luz.
Y ahora que volví ya no sabía que hacer.
Ella había cambiado.
Sus ojos habían perdido la inocencia que tenía.
Sus expresiones estaban llenas de emociones contenidas y tristeza.
Fue la única que en sus ojos no había enojo o reclamos por lo que lo hice.
Pero yo no podía verla sin sentir que todo lo que había hecho me convertía en el ser más egoísta del mundo.
Y entonces se fue.
Todos se fueron.
Siempre habíamos estado divididos.
Pero verla a ella alejarse de mi lado, sabes que tenía una vida, un hogar lejos de mi.
Que los años habían pasado y ella había crecido y cambiado.
Que no importaba que hiciera ella  era imposible porque había cometido una edad y ahora yo era un puberto que no podría hacerla feliz porque ella era toda una mujer.
Causa una frustración que hacía que me dieran ganas de quemar el mundo entero.
Pero tenía que salvarlo.
Porque ella estaba en el.
Y yo la amaba.

Cinco odia sentirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora