Día 4

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08-febrero-2020
He llegado a la conclusión de que en realidad lo que siento por Vanya es que parece un cachorrito.
Es tierna y chiquita, es reconfortante escuchar sus pasos por la casa.
Si le enseñas comida del exterior como donas puedes ver sus ojos brillar de la emoción y aún que no lo dice todos sus movimientos gritan dame esa comida.
Tal vez lo que quiero en realidad es una mascota, hacen compañía y no hablan...
Pero el viejo no deja que tengamos más animales que a Diego...
Tal vez podría adoptar a Vanya después de todo no hace ruido.
Sería un buen perro, le podría traer donas y tal vez jugar un rato con ella o sacarla a dar la vuelta en la calle.
Tal vez por eso la empecé a notar.

Cinco odia sentirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora