Cinco odia sentir

Hogar.

Es raro pensar que mis hermanos ya tengan otro lugar al cual llamar hogar.
Yo nunca tuve uno, a no ser que mi pequeño rincón en el fin del mundo cuente.
Por eso me sorprendio que cuando me emborrache por mi dolor de sentir que ya no encajaba en ningún lado Luthor decidiera traerme a el hogar de ella.
No grito ni se enojo aún que podía ver en su cara preocupación, pero Vanya era así se preocupaba por todos aún que nunca entervenia después de todo ella siempre era y será la persona más comprensiva del mundo.
Apenas me dejaron en su sillón comencé a sacar todo el contenido de estómago, esperaba alguna cara de asco pero ella ni se inmutó, solo dejo que acabara me volvió a recostar y me dijo que descansará.
Sentirla después de tanto tiempo, incluso esos breves momentos dónde pasaba los dedos para acomodarme el pelo o el hecho de que me quitará los zapatos y me cubriera con la cobijas que emanaban su olor hizo que una parte que hace tiempo no salía a la luz volviera a surgir.
La parte que todos los humanos tenemos y odiamos...la necesidad y ayuda de otra persona.
Yo sobrevivi al fin del mundo, yo me transforme en uno de los asesinos más despiados y temibles de todos los tiempos, yo solo y sin embargo de haber podido mover la boca correctamente le abría dicho a Vanya que la necesitaba aún que supongo que solo se escuchó un balbuceo.
- Tranquilo Cinco, ya estás en tu hogar.
Hogar, que simple palabra para lo que sentía de estar en el mismo lugar que ella.
Mi hogar era junto a ella.
Y por fin había vuelto.