Mamá. [Drabbles]

No Debería Estar Vivo.

Tan pronto como llego al hospital una de las enfermeras corrió hasta ella al ver el estado tan deplorable que tenía el niño.

Miruko solo pudo observar como se lo llevaban a una camilla con sumo cuidado, siendo la enfermera misma quien reviso todo su pequeño cuerpo sin gastar ni un segundo más, poco después entendió porqué.

--- ¡Necesito a un traumatólogo, un cirujano y que preparen una sala de quirófano! ¡Presenta heridas profundas y múltiples huesos rotos, posible sangrado interno!--- así como grito, todo el hospital se puso en marcha, tanto enfermeras como doctores corriendo de un lado a otro mientras el pequeño cuerpo del niño desaparecía por los pasillos.

--- ¡Miruko!--- exclamó una voz conocida detrás de ella, por lo que giro su cabeza y encontró a Naomasa junto con el detective en jefe que su caso (el secuestro) tenía.

--- Vinimos tan pronto como pudimos, ¿Que sucede? ¿Es un testigo o algo?--- cuestionó.

La peliblanca estaba más que atónita, no encontrando las palabras necesarias que requería para describir tal atrocidad.

Hasta que pudo articular algo.

--- Necesito que vayan a esta dirección cuanto antes.--- dijo tomando un pedazo de papel que encontró, escribiendo con más fuerza de la necesaria.
--- Naomasa, ¿Cuánto tardarías en conseguir una orden como está?--- pregunto entregando el papel al detective, Muyuki.

--- Dos horaa, treinta minutos si es con fines de emergencia total.--- respondió observando el pedazo de papel en silencio.
--- Perfecto, saca la orden en treinta-

--- Espera, espera, espera, nos llamas a mitad de la tarde sin motivo alguno más que "necesito una orden judicial" ¿Y ahora quieres que entremos a una casa? Necesitamos una razón para hacerlo, Miruko.--- exasperada, soltó un gruñido para observar con severidad al hombre.

--- ¿Recuerdas el vídeo que me mostraste de ese niño?---

--- Es información confidencial, Miru-

--- El niño que traje es él.--- hubo latidos de silencio entre los presentes justo antes de que la morena hablara.

--- Las heridas por las que está aquí no las sufrió cuando se enfrentó con los criminales, tengo sospechas de que sus padres fueron los que causaron que esté en un maldito quirófano con riesgo de perder la vida, así que, ¿Van a ir por la puta orden o tendré que obligarlos?--- ambos hombres no necesitaron nada más para irse del hospital, pues aún si no fuera del caso, era un niño.

Los niños debían ser protegidos a toda costa.

Vagamente, Rumi se pregunta a si misma cuántos pequeños y pequeñas sufren de igual forma, bajo las narices de todos los héroes, policías y maestros...

Suspiro, tallando sus ojos con cansancio, recordando el momento en el que conoció al rubio en el bosque. Nada se veía mal a primera vista, podía ocultar bien el dolor por sobre todas las cosas, pensó que solamente tenía heridas superficiales, no huesos rotos...

Todo esto le estaba dando un mal sabor de boca.