Capítulo 5

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Llevó mis manos hacia mi rostro, el repartidor entrego un montón de regalos algunos bastantes caros.

— ¿¡Pero qué es esto!?

— Aquí hay un teléfono

Dijo mi hermana, ella se había adelantado ha abrir mis regalos y las gemelas pues hacían lo mismo.

— ¡Aquí hay una almohada!

— ¡Aquí hay un oso de peluche!

— ¿Podemos quedarnoslo!

Asiento con la cabeza, ellas llevan mis regalos ha sus cuartos... ¡Pensé que solo hablaban de los que agarraron pero se llevaron todo! Bueno ya que, si son felices yo también.

Mi mamá acomodo las flores que me mandaron.

Me acerco ha ella.

— Lo siento...

— Está bien... Pero ¿Reki cuántos novios tienes?

— ¡Mamá! No tengo ninguno

— Deberías traerlos ha casa, solo conozco ha Langa y Tadashi

Pongo mis manos en mi rostro. Mi mamá empezó ha reír, después de desayunar agarro mi skate.

Lo pongo en el suelo y me subo encima, mientras patinaba vi ha lo lejos ha Langa, él al verme sonríe.
No pude evitar sonrojarme al recordar lo que pasó ayer.

— ¿Te gustó mi regalo?

¿Cuál? Abro mi boca, mis hermanas se llevaron todo así que... No sé cuál es.

— Si, es muy bonito

— También muy rico, escogí el sabor pensando en ti

Después de que despertarán mis hermanas estaban comiendo algunos dulces... ¡Oh! Con que es eso.

— Ah gracias, me gustó mucho

Langa me agarra de la mano, antes de que pudiera decir algo sentí como alguien nos separaba.

— ¡Qué casualidad encontramos aquí! ¿Reki te llegó mi regalo?

— ¿Regalo?

— Si, gracias

No sé cuál sería el el regalo... Me mandaron tantos que ni siquiera recuerdo cuáles son.

[•••]

Después de que terminaran las clases y el trabajo no pude evitar sentirme avergonzado, Langa no dejaba de mirarme.

Ahora estamos en “s” abrazo mi patineta, Ainosuke y Tadashi vienen hacia mi.

No puedo escojer entre ellos. Mi mamá me dijo que se los presentará. Aunque no sé si lo decía en broma o en serio.

— Petirrojo

Ainosuke me entrega un ramo de rosas, por supuesto las recibo.

— Gracias... Pero podrían dejar de enviarme regalos... No tengo espacio en mi casa para tantas cosas

Ellos se sientan ha un lado de mi.

Siento como la mano de Ainosuke se pone en mi cintura, no pude evitar sonrojarme.

— Claro...

— Ainosuke, creo que tiene fiebre lo llevaré ha su casa

— No yo lo acompañe

— Iré ha patinar un rato

Me levanto, me subo subo sobre mi skate, mientras patinaba empece ha sentirme mareado.

Estar en contacto con todos esos alfas es malo para mí, empece ha tambalearme en la tabla.

Mi respiración se hizo agitada, mi celo se adelantó. Las feromonas de todos ellos me afectaron mucho. Entre cierro mis ojos, podía sentir como el aire golpea con fuerza mi rostro.

Mi cuerpo se puso rígido, no tengo supresores. Es un problema muy grande.

— Umm yo

Pequeñas gotas de sudor comenzaron ha caer de mi frente, mis piernas me fallaron.

Antes de que pudiera caer unas manos se pusieron sobre mi cintura.

— Eso explica tú olor

— ¿Ainosuke?

Él sonríe, no puedo seguir así, pronto empezara ha doler.

Muestras patinetas aún avanzan.

— Te conseguiré unos supresores

Asiento con la cabeza aún mareado, cierro mis ojos y dejó que él me sostenga. No podía más, todas las fuerzas que tenía se habían ido.

¿Como voy ha escojer entre ellos? Es algo muy díficil, no creo poder hacerlo. Todos tienen un brillo especial.

Abro un poco mi boca. Mi mente se está nublado, mi cuerpo está un poco caliente.

El viento mueve mi cabello, por un momento fue como si nada en este mundo fuera real.

Los peros de RekiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora