En un mundo, donde desde un principio hubo clasificación de sexos y los omegas eran lo más marginados, todo empeoro cuando llegaron las particularidades y se extendieron por el 80% de la población humana, aquel 20% restante fue igual marginado, pero, quienes lo pasaban peor fueron nuevamente los omegas sin particularidad o con una particularidad inútil, sin nada con que protegerse, incluso eran marginados dentro de aquel 20%... Sin muchas opciones, aquellos indefensos omegas no tuvieron más opción que ser sumisos ante los demás.
Quienes encontraban a su alfa, se quedaban en casa al cuidado de esta y/o de sus cachorros, quienes eran aceptados por sus familias, tenían la suerte de ir a la escuela y salir de sus casa para formar parte de la sociedad, mientras que otros eran obligados a no salir por el "Que dirán" que sus familias temían, los más desafortunados fueron sacados de sus casas por ser "Inútiles" y en su desesperación, la mayoría tuvieron que vender sus cuerpos... O simplemente, por iniciativa propia lo hacían por diversos motivos.
Aquellos que tuvieron que vender sus cuerpos, tenían 2 opciones, o entraban bajo la protección de algún dueño con poder de algún burdel o se vendían de uso exclusivo a una sola persona, pero, con el temor de que pronto podían ser remplazados por otro con rapidez.
El dueño con más poder y con mayor numero de burdeles en toda la ciudad, era conocida como "Santa María", la cual de santa no tenia nada, pero, nos concentraremos en uno de sus tantos burdeles, donde se encontraba trabajando nuestro protagonista.
[....]
—Recuerda Izuku, hoy vendrá un cliente importante, tienes que darle un trato especial, además de que será el primero desde que llegaste, ¿Entendido?—. Pregunto con los brazos en cada cadera.
—Si si si, como tu digas~—. Rodo los ojos sin tomarle mucha importancia. —¿De que te preocupas? Ni que fuera el primero con el que trato, se como tratar a mi clientela lo suficientemente bien como para hacer que regresen por más—. Comento con una sonrisa juguetona mientras terminaba de ponerse la ultima media.
—Lo sé, pero no es por eso que te lo pido y lo sabes, estuviste castigado 2 meses hasta que los rumores secaran un poco, antes de ser transferido aquí. Simplemente, compórtate ¿Okey?—.
—Esta bien, me comportare—. Respondió resignado.
—Bien. Espera un poco, are que lo traigo—. Comento antes de salir de la habitación.
Izuku. Un chico de piel clara, manchada por puntos oscuros de cabello y ojos verdes, daba una apariencia y aire de dulzura e inocencia, sumado su figura de características algo afeminadas, daba como resultado que fuera un hermoso omega de belleza admirable e envidiable, además de algo sexy por el atuendo de conejito negro que vestía.
—Solo espero que no sea otro viejo rabo-verde...—. Murmuro para si mismo.
Mientras esperaba, sentía que la habitación empezaba a calentarse.
—¿Alguien subió la calefacción?—. Pregunto al aire, se sentía caliente.
Estaba por decidir salir de la habitación en busca de alguna bebida, cuando escucho la voz de una mujer.
—¡No se preocupe señor Shigaraki! ¡Le aseguro que lo disfrutara!—. Comento con alegría.
¡!
De repente, sintió una especie de corriente eléctrica recorrer su cuerpo.
—¿Eh?—.
Poco a poco, a medida que escuchaba pisadas acercarse a la habitación, sentía más y más calor, entonces, reconoció lo que le pasaba. Había entrado en celo.
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Olor a omega.
FanfictionAmbos son destinados, se encontraron y tuvieron sexo la primera vez que se conocieron, pero... ¡Ninguno soporta al otro!. Mientras uno muestra ser narcisista, el otro no quería encontrarlo desde un inicio. El que sean destinados, no hacía que automá...