I'll see you...

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Para ser un Guardián hay reglas, pero principalmente debía recordar el cuidar de mi humano designado.

Todo lo observado por mi referente a mi humano de cuidado iba a ser anotado en su propia libreta de alma, la cual registraba cada una de las acciones para saber si mi humano merecía o no volver a estar en la tierra tras su muerte.

Hay almas las cuales tienen que quedarse en la Matriz para ser purificadas, esto lleva aproximadamente veinte años humanos, antes de volver a encarnar.

Pero si un alma humana se corrompe, esta muta para convertirse en alimento de demonio. Según me dijeron eran criaturas rastreras y crueles que solo disfrutan de hacer daño.

Para enfrentar a un posible demonio me obsequiaron una hermosa daga dorada. La cual me dijeron que seria una en un millón que la usaría. 

Mi alma iba a estar conectada a la de mi humano. Nuestra conexion nos ayuda a que seamos más empaticos con sus sentires y poder protegerlos mejor.

Otra regla importante es No tocar a otro Guardián mientras estemos en la tierra. Cuando estamos conectados el alma humana puede intoxicarnos y eso puede pasarse por medio de nuestro contacto.

Algo que me dijo Eliza al oído fue que evitara a toda costa las alas negras, estas simbolizan peligro.

Si tienes alas negras, ellos te llevan.

Si te llevan pierdes todo.

Desde recuerdos.

Hasta tu pensamiento propio.

Un dolor eterno.

Hasta volverte un demonio.

Un demonio que le hará daño a los humanos que tanto amamos.

Before It Got Too DARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora