at the gates when

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Mi mente estaba al completo en el obtener información sobre los humanos.

Resulta que dependiendo de donde nazcan estos creerán o no en nosotros puesto a que estan divididos por esto que llaman religiones.

Desde creer que un ser que crea rayos y truenos de sus manos para seducir mujeres y hombres, hasta un hombre que buscaba regar la paz y amor entre todos como hijo de Dios.

Sara, una de mis hermanas que ya ha bajado seis veces, dice que en su mayoría hay quienes usan estas creencias para hacer daño.

Eso me dio tristeza.

"Hola, em ¿Lia?"

"Lena." Le corrijo al ángel alto y moreno. "¿Me necesitas?" Pregunto suavemente.

Se acerco a mi como buscando decir un secreto.

"Soy James. Sabes algunos de nosotros aprovechara la reunión para dar el salto." 

Abro los ojos con sorpresa.

"¿¡Qué!?" Casi grito, pero tapa mi boca.

"Shhhh." Gruño. "Vamos, solo queremos divertirnos un rato y pense que te verías linda haciendo otra cosa que no sea lamiendole la suela a las Arcángeles."

Le mire ofendida.

"¿Cómo puedes ser tan soez siendo uno de los nuestros?"

"Lena. Ser un ángel no es sinónimo de ser un aburrido." Bufó el moreno.

"No soy aburrida, sencillamente es peligroso que recien nacidos vayan al mundo humano y sin una conexión somos solo carnada."

El otro hizo una pedorreta con la boca.

"Mi amiga Iris salto ayer y regreso completamente a salvo." Le miro burlón. "Nunca pensaste en que quizas solo quieren mantenerte trabajando por el resto de tu existencia hasta que demonios se traguen tu pureza."

Cubrí mi boca con mis manos para acallar mi sollozo, tales palabras eran flechas directas en mi corazón.

"¡¡No puedes hablar así de las matriarcas!!" Lo empuje. "Ellas solo buscan el bien de todos."

Se encogió de hombros.

"Retractate."

"Lo hare si me acompañas, preciosa." Sonrio de lado.

"No soy una tonta."

Before It Got Too DARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora