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—El miedo constante nos invade. Eso es algo característico en los Mobians —soltó en tono serio—. Estamos acostumbrados a temerle a los desconocido, a lo nuevo, lo diferente.

Tails entra, sin esas psicópatas e instantáneas expresiónes como antes.
Esta vez en particular, no busca una razón para seguir con todo este desastre; reflexiona, fijando su vista sin brillo solo en Sonic.

—Todos a los que conocí, me demostraron su miedo, es curioso porque... pensaba que solo Sonic era inmune, Admiraba eso. —Comentó, cargando su arma-. Amaba...Tu auténtica máscara que ocultaba todo tu pánico y terror.

Nuestro héroe sigue dormido, sumido en sus sueños perfectos.
Tails elevo la pequeña máquina cargada, dejándola a la vista.

—Mira Sonic, ¿Te gusta?, Es mi nuevo invento,
lo termine hace unas horas. —dice, apuntando la pequeña arma al pecho del erizo.

Estaba confundido: ya no tenía esperanzas de nada, concluyó que solo esto sería lo mejor, con valor se repetía que estará bien.

—¿Sientes miedo Sonic?, ¡demuestra que eres solo un gallina, que lo único que hace es seguir adelante!. —Ordeno tomando con ambas manos y frunciendo el ceño.

pero algo en su inconsciente lo obligaba a voltear el arma: se sentía con pánico, perdido.

—¡Eres un imbezil por escribir ese diario!, ¡Por tu culpa todo se arruinó!, ¡Tu mereces morir Miles! —gritó.

Y como una trampa de su cuerpo, comenzó a temblar, unas lágrimas se asoman; pero el impulso desprevenido de su mano lo condujo a pasar el arma en su boca, y con fuerza cerró los ojos.

Pego un gemido de dolor: debido a la boquilla, que ya rozaba su garganta expuesta. Agobiado alejo el arma de su cara: Unos gritos indescriptibles lo obligaban a frenar, provocandole un peligroso sentimiento de ansias.

Miro un momento a su amado, y comenzó desear: deseaba tenerlo, deseaba verlo con todo su esplendor, deseaba su cuerpo.

Relamiendoce los labios, arroja el artefacto y con rapidez, se sube sobre la cama quedando junto a el.
Pronto besó la destruida boca del cobalto con entusiasmo.

Baja poco a poco hasta llegar al torso, mientras aspiraba con suavidad el agitado y acaramelado aroma del chico.

Tomó uno de sus brazos, lo miro por unos instantes: aquel antebrazo, con el pelaje zarco agresivamente desarreglado, enpapada de un fino y salado sudor.

Sin embargo, pese al resentimiento; la culpabilidad que lo agobia solo dejó de pensar, y le tendió un gran mordisco, desmembrando los tejidos y quitando gran parte la piel.

Con delicadeza lame la herida dejando ver su carne: su afilado colmillo en el músculo causo que suelte una salpicada de sangre a su alrededor, manchando su cara y el torso de Sonic, este dio un suspiro largo: causa de la droga, su cuerpo esta completamente adormecido.

Tails no se contuvo solo allí, siguió agrandando ese hueco hasta dejar ver una porción del hueso casi masticado. Estuvo así por unos minutos, degustando el dulce cuerpo de su erizo favorito.

—Nunca te había probado...¡es un descubrimiento fascinante!. —Exclamó, saboreando la sangre que descendía por sus blanquecinos guantes.

Lo disfruta, de eso no hay duda: goza del sabor "unico" que tiene, cálido y amargo, con un toque de dulzura acelerada.

"Como un chillidog preparado por los dioses": diría el erizo.

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