Soulmate [Hwang Hyunjin]

Capítulo XXXV Soulmate

Mi mente viajaba por un sueño que parecía la realidad, pero fue ese sueño el que me hizo querer escapar.

Imágenes de personas corriendo de un lado a otro, personas cayendo al suelo como también sangre corriendo por este, el sonido de espadas chocando como estas siendo enterradas en un cuerpo, el sonido de flechas en el aire siendo insertadas; todas esas imagines me atormentaban como si de conquistar a una mente se tratara.

Mi mente se convirtió en oscuridad, nubes grises chocando entre ella produciendo un fuerte sonido que causaba escalofríos en mí. De un momento a otro las nubes en frente de mí se dividieron poco a poco dejando a mi vista dos manos unidas, la cuales fueron separándose despacio hasta el punto en el que solo sus dedos rozaban, estaban a punto de separarse por completo hasta que un lazo color negro las unió fuertemente de las muñecas evitando que pudieran soltarse mientras estas luchaban contra ello junto al sonido de varios truenos en su entorno...

Narra Go Ara

Dos manos separándose despacio hasta el punto en el que sus dedos índice y medio rozaban, un lazo negro que les impidió se separarse uniendose a la fuerza, ambas manos luchaban pero el lazo parecía no ceder, todo a su alrededor era un caos sin manera de tener fin.

El sonido del filo de una espada capaz de cortar el aire se hizo presente entre ambas manos cortando el lazo fuertemente liberando la presión de ambas muñecas. El lazo se desvaneció entre las nubes grises las cuales ya se veían más calmadas ante lo sucedido. A los segundos un lazo color rojo se hizo presente colocando cada extremo de las dos muñecas creando un pequeño nudo en estas, las manos volvieron a juntarse poco a poco hasta estar entrelazadas...

Narra Daegun

Desperté inquieto inspeccionando con la mirada el lugar en donde me encontraba, mi habitación. Me levanté inmediatamente sintiendo un dolor en mi cabeza, maldije bajo sin prestarle tanta atención en estos momentos.

Salí de la habitación caminando por el pasillo en busca de los guardias, pero nadie parecía estar en el palacio en estos momentos a excepción de mí. Caminé hacía el establo y en este se encontraban todos los caballos en perfecto estado, al menos ellos salieron ilesos. Tomé las riendas de Hwin sacándolo del establo subiendo en él.

+Vamos amigo, necesito que me demuestres lo veloz que puedes ser

Tiré de sus riendas haciendo que este comenzara a galopar rápido por el bosque camino al Reino de Goguryeo. Me preguntaba en donde se encontraban Hansung y Dowon, no me fijé si se encontraban dentro del palacio o fuera de este, había ignorado el mundo cuando salí y no encontré a los guardias en el palacio, aunque por mi cabeza cruzaba la idea de que tal vez deban encontrarse en el pueblo velando por las personas. Pero ahora lo único que pasaba por mi mente era la vida de alguien más.

Jamás había visto a Hwin galopar de esta manera, era mucho más rápido de lo que podía imaginar, algo que en estos momentos apreciaba bastante en una situación desesperada.

Al llegar al Reino de Goguryeo me dirigí directamente al palacio ignorando a los pueblerinos que comenzaban a señalarme mientras gritaban "El Príncipe Daegun está aquí" "¿Qué hace el príncipe aquí?" "¡Se dirige al palacio!" Impresionados como si en realidad mi presencia fuera algo relevante en estos momentos.

Me detuve en las puertas del palacio en donde varios guardias caminaron hacía mí, bajé de Hwin y caminé hacía la entrada principal siendo esta bloqueada por los guardias.

+No puede entrar aquí -Habló el soldado a mi derecha-

+Váyase ahora del Reino -agregó el que se encontraba a mi izquierda-