Capitulo 4. Madriguera de Conejo

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Sin aliento, solo en aquella habitación, cuestionándose todo lo que había hecho mal, todos los errores que cometió por ser tan ciego, todo lo que no supo decir y todo lo que no se disculpó. Aquello había dolido, incluso peor que las veces anteriores, de los otros dos era entendible, ambos habían sido héroes; pero ella, cada vez le sorprendía más, había conseguido romper la conexión sin quitarse el akuma, eso era sorprendente pero sería un problema y un peligro para ella, se preguntó si aquel dolor había sido similar al que ella había sufrido por tanto tiempo. Tenía que ir, tenía que explicarle todo antes de que los otros portadores se dieran cuenta de su situación. Asustado ante la idea de que le hicieran daño salió de su refugio en su búsqueda; y no solo era eso, su salud y el uso del miraculous ahora akumatizado, no sabía que repercusiones podría llegar a tener en ella.

Corriendo por los techos de Paris la buscaba lo más rápido posible, Nathalie no debía de ser otra victima de sus errores, no después de serlo tantas veces, ya no más. Tenía que apresurarse, el tiempo estaba en su contra, más de lo que se imaginaba.

Pero una luz blanca se mostró delante de él haciéndolo detener y desconfiar de ella. De aquella luz salió una mujer de cabello corto y rojizo, un traje celeste y blanco le decía que era otra portadora de miraculous.- Apártate de mi camino.- No tenía tiempo para distracciones, y queriendo esquivarla la ignoró y siguió rápidamente su camino sin rumbo fijo.

-¡Espera!.- Le gritó ella ya a lo lejos. ¿Era una de ellos y solo quería hablar con él?, debía de ser una broma. Pero nuevamente una luz como la anterior se le apareció de frente mostrando de nuevo a esa mujer en su camino.- ¡Detente ahora y dime que hiciste!- Le exigió con voz fuerte.

-¿A ti?.- Le cuestionó con odio, sus emociones le estaban ganado y nuevamente cegaban su juicio.- ¿Cómo por qué habría de hacerlo?.- Agitado y sin dejar de estar alerta, dio unos cuantos pasos preparado para cualquier cosa que intentara hacer en su contra.

-Porque nos condenaste a todos en el futuro. A ti, a mi, a todos...- Esas palabras hicieron que el villano la reconociera al fin, era la misma aliada de Ladybug que había aparecido junto a Timetagger ya tiempo atrás, sabía que venía del futuro, ella sabía cosas que él no.- Acabas de cometer un error, y... tienes que arreglarlo.-

-¿Cómo se que no mientes?.- Pensó fríamente, aún desconfiando de ella.

-Porque ella te importa y no tenemos tiempo.- Con una mueca molesta ella extendió los brazos impaciente.- Tampoco me agradas, pero es la única solución a esto.-

El portador de la mariposa bufó con sorna, era una locura que ambos bandos fuesen a trabajar juntos, seguía sin creerle por lo que negó con la cabeza.- Es mi problema, lo solucionaré solo.- Nuevamente le rodeó para seguir con su búsqueda.

Pero ella lo detuvo sosteniéndole del brazo.-¿Cómo piensas hacerlo?, Si das un paso más morirás.- Por instinto se zafó del agarre de un movimiento brusco y la encaró, estaba furioso porque solo le estaba distrayendo, no le daba credibilidad a sus palabras, no quería hacerlo, ¿Cómo podría confiar en sus enemigos?.-¡No seas terco!.-

-¡Te dije que me dejaras en paz!.- La había empujado y estaba más que dispuesto a hacerle daño, pero ella no parecía desistir de él.

-Entonces será por las malas, genial, por mi está bien.- Ahora era ella la que pretendía atacarle. Entre los dos comenzó un intercambio de golpes, además de algún que otro esquive o bloqueo, el villano tenía que admitir, que pelear contra ella era completamente distinto a hacerlo con los adolescentes.- No voy a permitir que lo que sea que suceda vuelva a ocurrir de nuevo.-

Le mots qu'on ne dit pasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora