Harry Potter se vuelve inteligente y toma el control

Capítulo 18 : Rituales de Gringotts

"Entonces, si abriera mi propia bóveda, ¿se informaría a mi tutor?" Harry preguntó con indiferencia, pensando en los ingredientes de las pociones que había recolectado hasta ahora en el bosque.

"Podrías perder la notificación de camino a tu guardián por una tarifa", propuso Rodgrip, "y ese basilisco que mataste también es tuyo por derecho de conquista. Si eliges venderlo, debería ser muy rentable. No podría venderlo todo de inmediato, o perdería valor al inundar el mercado. Pero podría emplear a Gringotts para cosecharlo y venderlo por usted. A los goblins les gusta la carne de basilisco, al igual que algunos otros habitantes que viven en Nocturne Ally ".

"Interesante," dijo Harry, "eso ayudaría significativamente. Tendría que ver cuánto queda o si está descompuesto. ¿Tendría que colarte en la escuela o transportarlo?" Dijo Harry, pensando, tratando de no bostezar de nuevo.

"Lo discutiremos a través de la caja de Gringotts. Ven, mago, hagamos el ritual, lo llevaremos a su bóveda y luego fuera de mi banco. Es tan tarde que es temprano". Dijo Rodgrip, llevándolos fuera de la oficina.

Rodgrip los condujo a una pequeña sala ritual en las entrañas de Gringotts. Bill parecía estar familiarizado con él y tomó una bolsa de la pared y con un movimiento de su varita, comenzó a estudiar con sal alrededor de un gran pentagrama tallado en el piso. Luego encendió un paquete de salvia y comenzó a fumar en la habitación con él.

Harry miró, fascinado. Podía sentir la magia de la habitación, vieja y fuerte. Una mezcla de magia Goblin, pero también un poco de magia de mago. Era brillante. Rodgrip reapareció, Harry ni siquiera se había dado cuenta de que ella se había ido, con otros 3 goblins.

"Desnúdate y entra en el círculo", ladró, "después de sangrar en eso", le ordenó entregándole una pequeña figura de bronce. Cuando le añadió sangre, sus ojos brillaron levemente. Se lo devolvió a Rodgrip, quien lo guardó en un estante de la pared.

"¿Qué es?" Preguntó.

"Ahora él pregunta", resopló, irritada pero también complacida de que no la interrogara primero esta vez, "una efigie, para monitorearte en el ritual y asegurarse de que el ritual de quema de sangre funcione. ¡Ahora deja de holgazanear y desnudarte!"

Harry se puso escarlata y miró a su alrededor tímidamente, sin querer estar desnudo frente a los duendes que no conocía ni a Bill. Era tan pequeño y escuálido, y nadie había visto sus cicatrices ...

Rodgrip suspiró y murmuró algo desagradable sobre las prioridades humanas.

"Vosotros, magos, sois curiosos con las cosas más extrañas", dijo frunciendo el ceño, "Solo diré esto una vez, joven", dijo el duende con aspereza, "un guerrero nunca se avergüenza de sus sustos porque son insignias de fuerza y ​​honor. Sobreviviste. Úsalos con orgullo, porque muchos no lo habrían hecho. Son prueba de tu fuerza ".

Harry tragó, su garganta se hizo más gruesa y asintió, mirando furtivamente a su alrededor. Sin embargo, Bill seguía fumando en la habitación con salvia y no le prestaba atención. Los otros goblins también estaban ocupados.

"Tu cuerpo es tu arma, cuídalo y él te cuida. Nunca te avergüences del mordisco de tu daga, o será tu perdición". Rodgrip dijo antes de agregar, "la ropa interferirá con el ritual, ¡fuera con ellos!"

"Gracias Maestro Rodgrip," dijo Harry agradecido.

Ruborizándose furiosamente, hizo lo que se le pedía, y rayado, doblando su ropa y colocándola en su bolso en un estante en la esquina de la habitación.

"El collar también, es mágico, ¿qué es?" Exigió Rodgrip.

"Un bezoar". Dijo, quitándoselo y poniéndolo con su bolso, "¿mis lentes también? Estoy ciego sin ellos".