||• Sᴀɴᴏ Mᴀɴᴊɪʀᴏ • || {Mikey y tu}

3

Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 3
“ᴀᴍɪɢᴏs”

Narra _______

Cómo era de esperarse, mamá no tardó en tomar medidas más “Efectivas”
Ya a mandado a gente a buscarme, lo cual es muy tenebroso.
Incluso me amenazó con demandar a la abuela. Sin embargo no contó con mi astucia, antes de irme les di a firmar unos papeles, si ellos hubieran tan siquiera leído, sabrían que la abuela es mi nueva tutora oficial.

— Oye Tadashi. — Dijo Takemichi.

— ¿Que? — Respondí desinteresada.

— Creo que le interesas a Mikey.

— ¿Yo? ¿A Mikey? Estás loco. Creo que tanto golpe ya te afectó el cerebro. — Dije.

— Lo digo encerio. El me preguntó por ti. — Dijo.

— ¿Encerio? Wao creo que tienes razón . — Dije.

— ¿Encerio?

— No.

¿Mikey? Bueno ahora que lo menciona creo que puede tener un poco de razón.
Me lo eh encontrado algunas veces y creo que me quieren decir algo.

Cuando acabaron las clases, me fui por otro camino.
Mamá está buscándome, así que tengo que tomar diferentes caminos para que no me encuentre.

Estaba caminando, cuando alguien me jalo de la cintura y me llevo a un callejón.

— Yui-kun, suéltame. Ya te dije que no regresaré. — Dije pataleando.

Cuando el me soltó, caí al suelo.

— ¿Quien es Yui-kun? — Dijo Mikey.

— ¿Mikey? Menos mal que eres tú. —  Dije suspirando.

— Responde mi pregunta. — Dijo.

— Con todo respeto, no es de tu incumbencia. — Dije sacudiendo el polvo de mi ropa.

— ¿Ah? — Dijo enojado.

— Nada, nada. Solo quería saber que necesitas, digo, ya que me trajiste a este callejón. — Dije.

— Estoy interesado en ti y quiero que seamos amigos. — Dijo.

— ¿Era eso? Era muy fácil, no había necesidad de traerme a este callejón. — Dije.

— Ya lo había intentado, solo que “alguien” no cooperaba. — Dijo.

— Pues que mala onda ese “Alguien” cómo se atreve a ignorarte. — Dije volteando la mirada.

— Si verdad. — Dijo.

— Bueno, adiós.— Dije saliendo del callejón.

Estaba caminando un poco rápido. Realmente no quería tener nada que ver con Mikey o con tipos como el.
Lamentablemente Mikey me siguió.

— Tienes algo más que decirme o por qué me sigues. — Dije volteando a verlo.

— Quiero que seamos amigos.

— Si, eso ya me lo dijiste. — Dije.

— Amm... Bueno, entonces vallamos a comer. — Propuso.

— Lo siento pero no tengo hambre. — Dije.

Justo en ese momento mi estómago sonó.

— Ash. Está bien, vamos a comer. Pero tú invitas. — Dije caminando a su lado.

— Okey. — Dijo.

Cuando llegamos al restaurante ordenamos, el pidió el paquete para niños y yo pedí hasta las sobras