8

2.2K 210 101
                                    

Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 8
‘‘ᴀᴅɪᴏs ᴘᴀʀᴀ sɪᴇᴍᴘʀᴇ”


Narra ______

Después del festival, Mikey y yo regresamos al hotel.
Nos acostamos juntos, prendimos el televisor, vimos películas abrazados y reímos toda la noche asta dormir.

En la mañana, me desperté antes que el.
El se veía tan lindo cuando dormía que me dieron dudas sobre dejarlo e irme.
Después de unos minutos, acomode mi ropa silenciosamente y me fui del hotel.

Adiós para siempre.

Más tarde, cuando llegue con mis padres, comí algo y fuimos al internado.
Ellos me dejaron en mi cuarto y se fueron, para no volver jamás.

*Meses después*

— Esto es horrible, deberíamos matar a la cosinera y comer sus restos. — Dijo Seo.

— Ya no te quejes y come tu comida. — Dije.

— ¿No te parece horrible este lugar? — Dijo Seo.

— Eh visto lugares peores. — Dijo Hana.

— Esos estúpidos pagan una fortuna por esta estafa. — Dijo Seo.

— ¿Así? — Dijo Hana.

— Si, en este lugar me siento más lesbiana que antes. — Dijo Seo.

— Aunque me duela admitirlo, me pasa lo mismo. — Dijo Hana.

— Dejen sus fantasías lésbicas para otro día y pónganse a comer. — Dije.

— Y si nos besamos y hacemos que nos castiguen juntas de nuevo. — Dijo Hana.

— 1. Ustedes se besaron. 2. Me castigaron por su culpa y  3. Seguramente Seo no se a lavado la boca en días. — Dije.

— Ella tiene razón. — Dijo Seo con comida en la boca.

— Cierra la boca Seo. — Dijo Hana.

Hana es una chica que entró por qué su familia descubrió que es lesbiana.
Mientras que Seo entro por qué la descubrieron durmiendo con una chica y un chico al mismo tiempo.

— Hay vienen. — Advirtió Seo.

— Apresúrate. — Dijo Hana.

— Cierra la boca, hago lo que puedo. — Dije.

Cuando logré abrir la puerta, saque los celulares de las tres y cerré la puerta de nuevo.

— Ahora. — Dijo Hana.

Nos agarramos de la mano y nos dimos un beso.

— ¡Santísima virgen! ¡Vengan a mi oficina, ahora!

— Si. — Dijimos al unisono.

— Seo desayunaste la tortilla de arroz que te dió Mei. — Dije.

— Si, por qué. — Preguntó.

— Tu aliento apesta. — Dijo Hana.

— Encerio aceptaste la comida de esa Zorra. — Dije.

— Si, parecía buena. — Dijo Seo.

— Esa perra nos odia. — Dijo Hana.

— Lo se. Pero quién no acepta comida cuando tiene hambre. — Dijo Seo.

— Todo el mundo, literalmente. Y más cuando te la da una maldita zorra que te odia por bajarle al novio. — Dijo Hana.

Cuando las hermanas nos mandaron al cuarto de aislamiento, sacamos los celulares y empezamos a checar nuestra vida.

||• Sᴀɴᴏ Mᴀɴᴊɪʀᴏ • || {Mikey y tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora