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Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 5
“ᴘʀᴇɢᴜɴᴛᴀs”

Narra ______

¿Bueno? ¿Mamá? — Dije.

— Hola hija, que paso. — Dijo.

— Hoy empacare, mañana me doy de baja de la escuela y al día siguiente ya me voy para la casa.

— Me parece bien. Espero que llegues pronto, adiós. — Dijo disgustada.

— Adi... — No me dejó terminar por qué colgó.

Después de esa llamada me lave los dientes y baje a hacer el desayuno.
La abuela esta muy triste, supongo que se pregunta por qué de repente cambié de elección.
Sin embargo, no se lo diré, o al menos asta que me valla.

— Abuela, que pasaría si alguien quisiera quitarte tu libertad. — Dije.

Ella pensaría que estoy hablando de mi, pero en realidad estoy hablando de mi ella.

— Luchar por ella. — Dijo llena de energía.

— Jajaja, viejita loca. — Dije riendo.

— Jajajaja. Mensa.  — Rio.

Después unas risas la abuela se fue y me dejó sola en la casa.
Mientras ella se iba yo hacia mis maletas y pensaba.

— ¿El internado? — Dije.

En ese momento me puse a buscar información sobre el internado que iba a tomar.

Según el internet, hacen vestir a las chicas de señoritas, les enceñan cosas de señoritas, les dan platicas, nunca las sacan de ahí asta que se “curen” y lo peor de todo es que su comida es horrible.

— Dios, solo quiero decirte que si me quieres matar, ya llevabame, no me agas sufrir así. — Dije.

Cuando acabe las maletas, fui a la escuela a darme de baja.
Cuando llegue, regrese a casa y me di un baño.
Toda la vida me quedaré en esa carcel, nunca volveré a ver alguien que ame, como la abuela y Mikey... Espera, por qué dije Mikey.

— A mi no me gusta Mikey, lo bese, y el me beso, pero eso no significa nada ¿O si?— Dije.

Estaba tan confundida, tenía tantas preguntas y ninguna respuesta.
Algo me saco de mis pensamientos, alguien estaba tocando la puerta, seguramente era la abuela.
Tome mi tualla y la enredé en mi cuerpo.

— Abuela, te dije que deberías poner la llave de repuesto en otro lado. — Dije abriendo la puerta.

Cuando ví a Mikey cerré la puerta, sin embargo el puso el pie y abrió la puerta.

— ¿Por que me cierras en la cara? — Dijo cerrando la puerta.

— ¿No es obvio? Por qué no te quería dejar pasar. — Dije.

— ¿Por que? Si solo soy yo Mikey . — Dijo.

— Pues por qué no estoy en condiciones de recibirte. — Dije.

— ¿Una chica en toalla? Te sorprenderá las cosas que e visto, lo tuyo comprado a eso no es nada. — Dijo.

— Por alguna razón siento que estás insultando mi cuerpo. — Dije.

— Me refiero a que no te preocupes e visto cosas más indecentes. — Dijo.

— Y que necesitas. — Dije.

— Esto... En realidad no se por que vine. — Dijo.

— No te preocupes, así pasa. — Dije.

Estábamos platicando asta que nos quedamos en silencio.

El se acercó a mi y me volvió a besar.
Está vez el beso era rápido y salvaje, apenas podía seguirle el ritmo. El estaba encima de mi y yo estaba acostada en el sillón.

Solté un pequeño quejido cuando el empezó a pasar su mano muy cerca de mi entrepierna.

— Me gustas. — Dijo para volver a besarme.

No sabía que responder ¿Me gustaba Mikey? Todavía no lo sabía.
El empezó a quitar la toalla que cubría mi cuerpo desnudo.
Yo solo voltee avergonzada y dejé que me mirara.
Cuando note que paso más tiempo de lo normal, lo voltee a ver. El miraba las líneas moradas que estaban marcadas en mi pecho.

— Te acostumbras al dolor, aunque cuando me baño me duele un poco. — Dije.

El me miró con tristeza y beso las marcas con cariño.

— Ya no te las pongas. — Dijo.

— ¿Por qué? — Dije.

— Porque lastiman tu cuerpo. Ya no te las pongas. — Dijo.

— Está bien. — Dije.

¿Está bien? Que pasaba conmigo, mamá dijo lo mismo y nunca acepte, ¿por qué acepté ahora?
El dejo de mirarme y se sonrojo.

— Lo siento. — Dijo.

— No te preocupes. — Dije subiendo a cambiarme.

Cuando baje, el ya no estaba.
No le tome importancia y me senté a comer.
Después de eso me fui a mi cuarto. Y empeze a pensar.

— Que cosas quiero hacer antes de morir.

• Ir a un restaurante elegante.
• Comer una pizza gigante
• No morir virgen
• Que alguien me golpe en la cara
• Cambiar mi look
• Montar una jirafa
• Subir a algún juego de la feria

Creo que eso es todo.
Se preguntarán de dónde saque está lista, no fue de una página de internet o de algo haci.
Misteriosamente encontré mis cosas de cuando era más chica y encontré mi lista de cosas por hacer antes de morir.

Me preguntó que pensaba la yo del pasado, supongo que en jirafas y animales.

— Nunca podré hacer nada de ésto. — Dije.

¿O si? No sabía que hacer estaba bloqueada, tenía tantas preguntas.

Aunque pensándolo bien, nunca hize algo que yo quisiera.
Exepto por este viaje.

Mamá siempre escogía que debía hacer, vestir y demás.
En realidad nunca fui “libre”

En ese momento todo llegó a mi mente.

Las respuestas a mis preguntas avían llegado.

— ¿Bueno? ¿Mikey? Solo quería decirte que tu también me gustas, adiós. — Dije colgando el teléfono.

— Esper....

¿Tengo dinero para hacerlo?
No.
¿Estaba segura de lo que hacía?
No.
¿Estaba loca?
Probablemente.

Pero a quien le importa, que se joda el maldito mundo. Mañana empezaré a tachar las cosas de mi lista.
La vida no tenía sentido, nunca lo tuvo. Así que, que importa si robo un banco o algo así. Solo afectaría a muchas personas, pero sabes que, que importa.
Es mi hora de vivir.

Tome mi celular y empeze a buscar todos los lugares a los que visitaría.

— ¿Bueno, mamá? Me podrías mandar dinero, esque ya no tengo dinero para volver, a y  también para comprar vestidos y esas cosas, yo creo que así las hermanas del internado no tendrán tanto problema conmigo. — Dije.

— Claro que si hija. Me alegra que allás recapacitado. — Dijo.

— Si, mamá. Adiós. — Dije colgando.

¿Tengo dinero?
Si
¿Estoy convencida?
También
¿Viviré al máximo?
Claro que sí.

Todas las preguntas se respondieron.
Ya solo faltaba esperar.

||• Sᴀɴᴏ Mᴀɴᴊɪʀᴏ • || {Mikey y tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora