The healer. (MoonSun)

Introducción.

~ ¡Agh! - gritó el señor Moon mientras golpeaba una pila de hojas frente a él - ¿crees que deberíamos construir otro edificio para habitaciones? - decía frustrado, cada vez que se encontraba así no dejaba de pasar sus manos por su cabello.

~ ¿Alguien se quedó sin beca? - dije sin mostrar interés, mi vista y mi atención se quedaron en la partida de solitario que tenía en mi celular.

~ Sí, tiene un buen curriculum y muy buenas notas pero me he quedado sin habitaciones, no quiero negarle la beca completa, sería un buen prospecto para la universidad - podía notar como intentaba calmar su frustración.

~ No puedo creer que te pongas así por una simple alumna - rodeé los ojos.

Antes de que pudiera darme una respuesta sonó su celular.

~ ¿Sí? - su voz ya sonaba serena, ya controlaba su ira por completo - voy para allá - colgó y se giró hacia a mí - ya vengo Moon, si puedes pensar en una solución, te lo agradecería - lo volteé a ver y alcé mi ceja - oh no - se encogió de hombros.

~ Se supone que debes de pasar las 2 hrs completas conmigo - dije molesta - ¿o tan poco te importa mi terapia? - realmente no me importaba si se iba pero no quería reponer el tiempo perdido.

~ Si me voy... - se detuvo un momento para pensar - ...esta vez no tenemos qué decirle a la psicoterapeuta que no cumplí con las 2 hrs, ¿verdad? - sonreí con malicia - pero sólo si encuentras una solución - mi sonrisa se esfumó. Y así sin más, se fue.

Me acerqué a la laptop y revisé el expediente que estaba a un lado de esta.

~ Kim Yong Sun - leí en voz baja - vamos a ver porqué le causas tanto estrés al señor Moon.

Abrí el expediente y se encontraban las notas más perfectas que alguien podría tener. Habían cartas de recomendación por parte de todos sus maestros, una solicitud para la beca completa bien redactada, sin ningún error ortográfico.

~ Además de inteligente, bonita - dije al mirar la foto que se encontraba en la solicitud - ¿qué podemos hacer contigo? - me recosté en el respaldo de la silla y di varias vueltas en ella hasta que se me ocurrió la idea más brillante.

Después de 30/40 minutos, el señor Moon se dignó a aparecer en su oficina otra vez.

~ Ya está solucionado - dije mientras me levantaba del sillón que se encontraba detrás del escritorio - ya pasaron las 2 hrs, me largo de aquí.

~ Moon, ¿qué hiciste? - dijo sorprendido - ¿ya enviaste la...?

~ ¿La carta de aceptación? Sí - lo interrumpí - se quedará conmigo, al fin y al cabo, tengo una habitación sin usar. A ver si así aprendes a ver primero todas las solicitudes y luego a aceptarlas - me encogí de hombros y salí sin darle tiempo de responderme.

~ Oh no - lo escuché decir antes de cerrar la puerta.

~ Esto será divertido - me dije para mí misma.

Oh no...