Capítulo 5.

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•YongSun

Regresé al departamento y llamé a Byul pero no obtuve respuesta, me dirigí a mi habitación y me cambié, me puse la playera que Eric me había regalado antes de terminar y no porque lo extrañara, terminamos en buenos términos, pero me gustaba mucho la camisa.

Me moría de hambre así que me dirigí nuevamente a la cocina y saqué los ingredientes para hacer Kimchi y tteokbokki, había el doble porción para hacer Kimchi así que supuse que era el plato favorito de Byul, coloqué mi celular en la bolsita que traía la camisa y me puse mis audífonos a un volumen considerable, por último me hice un chongo completamente despeinado y proseguí a cocinar.

Empezó Play de ChungHa, como amo esa canción, le subí más el volumen. Amaba los momentos como estos, muy raramente los tenía en casa y ahora los podía tener todos los días.
Me la pasé bailando durante todo el proceso, terminé y me serví, me di media vuelta para dejar mi plato en la mesa y ahí estaba ella, tenía ambos codos apoyados sobre la mesa, una mano la tenía sobre la barbilla y tenía una sonrisa de oreja a oreja, me asusté al verla, ahora sentía lo que ella sentía cada que yo me aparecía de repente.

~ Touché - pensé.

~ ¿Tienes hambre? - dije tratando de sonar tranquila mientras asentaba mi plato.

~ Demasiada - dijo mientras me comía con los ojos viéndome de arriba hacia abajo. Me estremecí ante su mirada.

~ Hice... - apenas se escuchaba mi voz, raspé mi garganta y continué - Hice Kimchi y Tteokbokki - dije nerviosa, su sola presencia me ponía nerviosa.

~ ¿Tú no vienes incluida en el menú? - dijo mientras se recostaba sobre el respaldo de la silla aún con sus ojos sobre mí.

~ ¿Eh? - quise hacerme la desentendida.

~ Está bien que las ventanas tengan protector pero demonios Sun, no soy de hierro, ¿sabes? Y justo hoy que me dejaron con las ganas - movió la cabeza en negación - estás tentando la suerte.

~ No entiendo qué quieres decir - ¿de qué demonios hablaba? ¿Por qué de repente se comportaba como una bestia sexual?

~ Por Dios YongSun, mírate - y me señaló de arriba hacia abajo.

Seguí su mirada y oh-por-Dios, tenía tanta hambre y tanta desesperación por hacerme algo de comer que no me puse short, sólo la camisa.

~ Lo... lo siento, no... no sabía que... estaba así - ¿desde cuándo era tartamuda? Me di media vuelta para que no viera como mi rostro se tornaba rojo de vergüenza.

~ Me estás dando las mejores vistas - dijo con una pequeña risa.

Me giré para dirigirme a mi habitación pero Byul se interpuso en mi camino. Me agarró ambas manos y las colocó por arriba de mi cabeza al mismo tiempo que pegaba su cuerpo con el mío obligándome a pegar mi espalda con el refrigerador.

~ Byul... - apenas pude decir.

Se acercó y su labios rozaban de un lado a otro con los míos, podía sentir su inseguridad de si besarme o no.

~ ¿Puedo? - preguntó y me miró a los ojos. Sus ojos color miel eran tan hermosos, incluso si su mirada mostraba tristeza, esperaba que no fuera la única vez que los veía así de cerca.

~ Byul... yo...

No sabía qué decir, nunca había besado a una chica, tampoco me importaba el hecho de hacerlo pero prácticamente Byul era una desconocida para mí, no habíamos cruzado tantas palabras como para establecer una conversación decente y mucho menos una amistad. Vi en sus ojos decepción a lo que yo estaba a punto de decir y no pude permitirlo, no quería que sus ojos reflejaran más tristeza.

Cerré los ojos y sellé el beso, el beso empezó despacio y delicado, sentí como su cuerpo se relajaba poco a poco. Me soltó las manos y las coloqué en sus mejillas para acercarla más, bajó poco a poco sus manos hasta mis piernas sin despegar sus manos de mi cuerpo y me levantó, enrollé mis piernas detrás de su espalda y eso hizo que se pegara más a mí, solté un ligero gemido al sentir su cuerpo en mi centro. Pude sentir su sonrisa de satisfacción mientras me besaba, bajé poco a poco hacia su cuello, con cada beso que le daba Byul se debilitaba más, había encontrado su punto débil. Con una mano agarró mi barbilla e hizo que la mirara, me dio pequeños besos y me bajó de su regazo. Pegó su frente a la mía y comenzó nuevamente a rozar sus labios con los míos.

~ Lo siento - dijo, me miró y sus ojos estaban cristalizados - no puedo hacerlo - cerró sus ojos y se fue hacia su habitación.

¿Qué había pasado? ¿A caso hice algo mal? ¿O... no le gustó? ¿Yo no le gustaba? Pero ella fue la que se lanzó sobre mí.
Me senté en la sala para ver si salía y después de un rato salió, agarró las llaves de su coche que se encontraban en una mesita cerca de la puerta.

~ ¡Byul, espera! Yo... - y cerró la puerta.

¿Pero qué demonios?

The healer. (MoonSun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora