The healer. (MoonSun)

Capítulo 2.

•YongSun

¿Qué demonios había sido eso? ¿Hice algo que la molestó? ¿Por qué su cambio tan repentino de actitud?
Regresé a la habitación y mis padres me ayudaron a desempacar todo, mi hermana se limitó a acostarse en la cama y a decirme lo feliz que sería al tener la casa para ella sola.

~ No sabes hacer otra cosa más que molestarme, ¿verdad? - dije irritada.

~ Esa es la función de las hermanas - se encogió de hombros.

~ Niñas... - advirtió papá.

~ Qué linda es tu compañera - dijo mamá - aunque me da la impresión de que su camino es otro - dijo con cara pensativa.

~ ¿Te imaginas que Sun termine siendo su novia? - dijo SunHee y enseguida se echó a reír.

~ Suficiente SunHee - advirtió mamá - yo no tendría problemas - dijo sin más.

~ Sería mejor para mí - dijo papá - sin embarazos antes de tiempo - sonrió al imaginarlo.

~ ¡Mamá! ¡Papá! - grité - les recuerdo que vengo a estudiar, no a buscar enamoraDOS - hice énfasis en la última sílaba.

Los tres se empezaron a reír mientras yo me molestaba más.

~ Dos horas más, aguanta dos horas más - pensé.

•MoonByul

~ ¿Así qué será tu muñeca de trapo? - dijo Hyejin.

~ Sí, quiero que esté perdidamente enamorada de mí - estaba completamente decida a jugar con ella.

~ Será todo un reto, sobretodo porque no sabes si va por tu camino - pensó - pero tampoco es algo de lo que tengas qué preocuparte, tú volteas a cualquiera - dijo mientras pasaba su dedo por mis labios.

~ Hablando de eso, ¿quieres qué te vuelva a voltear? - dije colocándome encima de ella. Colocó sus manos en mi cuello y me jaló para besarla.

La única razón por la que Hyejin llegaba un mes antes de que iniciaran las clases era para poder acostarse conmigo, normalmente su compañera de cuarto Somi, llegaba una semana antes así que aprovechábamos la habitación durante tres semanas.

...

Regresé al departamento y fui directo a la biblioteca, tomé 'Orgullo y prejuicio' mi favorito de Jane Austen y me senté a lado de la gran ventana, mi espacio favorito.
Podía leer y leer el libro, mi fascinación seguía siendo la mismo.

~ Disculpa - escuché a lo lejos.

~ ¡En la madre! - grité.

~ Lo... lo siento - decía mientras se acercaba hacia a mí - no quería asustarte - se mordió el labio para ahogar una risa.

~ Pues lo hiciste - dije molesta, al entrar al departamento había tanto silencio que se me olvidó que por primera vez tenía compañera de cuarto.

~ ¿De casualidad sabes los horarios de los autobuses? - colocó sus manos hacia atrás, estaba nerviosa, bien, eso era bueno.

~ ¿A caso me ves cara de que tomo autobús? - dije indignada. Me levanté y me fui a mi habitación sin darle tiempo de responderme.

Desbloqueé mi celular y le marqué al señor Moon.

~ Mándame los horarios de autobuses ahora mismo - y colgué.

Al minuto me llegó un mensaje con los horarios y me dirigí a la biblioteca para imprimirlo.

~ No puedo creer que esté haciendo esto - pensé.

Me dirigí a la habitación de Sun y toqué, tardó alrededor de dos minutos en abrir. Al verla, me di cuenta de que había llorado, me la quedé viendo fijamente a los ojos y pude ver a través de ellos que había sido por mí.

~ Toma, los horarios de autobuses - esperaba poder remediar lo que sea que haya provocado en ella.

~ Gracias - respondió sorprendida.

~ Yo... - quería disculparme pero ¿por qué habría de hacerlo? No hice nada que la ofendiera - olvídalo - y me fui a mi habitación.

...

~ ¡Mierda, mierda, mierda! - grité.

Me dirigí nuevamente a la cocina, tomé un vaso y lo llené nuevamente de soju. Apenas iba a empezar a tomar cuando volví a escuchar su voz.

~ ¿No es muy tarde para tomar? - decía desde la puerta de su habitación.

~ ¡Por Dios Sun! - grité y del susto apreté demasiado fuerte el vaso y este al ser tan delgado se terminó rompiendo.

~ ¡Moon! - gritó y salió corriendo hacia a mí. Antes de que se acercara a mi la detuve y la miré molesta.

~ Jamás me vuelvas a llamar Moon - odiaba con todo mi ser que me llamaran con el apellido de mi padre.

No dijo nada, sólo se limitó a asentir pero pude ver miedo en sus ojos. El mismo miedo que yo sentía de pequeña al ver a mi padre a los ojos.