Capítulo 35.

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•Moonbyul

Mi mirada estaba fija en el espejo, en el movimiento que hacía el cuerpo de Sun cuando la penetraba, ver cómo sus pechos rebotaban, como corría el sudor por su abdomen plano, ver cómo temblaba cada vez que se acercaba más y más y sobretodo, ver cómo se corría, Dios mío, era toda una maravilla.

La volteé y la besé mientras dejaba que me desvistiera, cuando terminó quiso tocar mi intimidad pero no la dejé, alejé su mano y la cargué para llevarla a la cama, me acosté y la coloqué a un lado de mis piernas, estiré mi mano y coloqué cuatro dedos hacia arriba, Sun me miró extrañada.

~ Siéntate sobre mis dedos y muévete a tu gusto - a penas y me salió la voz.

Sun se levantó para acomodarse y colocó su mano sobre la mía para guiarla a su entrada, suspiró cuando fue bajando poco a poco.

~ Oh Dios... - dijo en voz baja.

Una vez dentro comenzó a moverse hacia adelante y atrás, coloqué mi mano libre en su cadera para hacerla moverse más fuerte, con mi pulgar comencé a frotar su clítoris, esto hizo que perdiera el control y comenzó a aumentar la velocidad.
Lo que amaba de estar en la naturaleza era el silencio que brindaba, lo único que se escuchaba eran los gemidos cada vez más fuertes de Sun.

Entre cerré un poco los dedos y cada que se movía hacía atrás mis dedos tocaban su punto G, Sun no pudo sostenerse más y colocó sus manos en mi estómago para tener estabilidad. Su cuerpo comenzó a tensarse y en cuestión de segundos gritaba mi nombre mientras llenaba mi mano de sus fluidos.
Sin perder tiempo la acoste y me coloqué encima de ella, aprovechando que Sun estaba demasiado sensible comencé a mover mi cadera y al sentir su centro demasiado hinchado y húmedo hizo que tardara menos en correrme, ambas gritábamos el nombre de la otra mientras terminábamos juntas.

~ Por favor dime que hay más ~ dijo mientras intentaba recuperar la estabilidad de su respiración.

~ Oh Sun, créeme, hay más - dije casi como amenaza.

Le di pequeños besos por todo el rostro mientras ella reía, la mejor música para mis oídos.

~ ¿Aún te sientes insegura? - pregunté mientras bajaba poco a poco hacia su intimidad.

~ Si digo que sí, ¿qué harás al respecto? - dijo traviesamente.

~ No lo sé - dije tan cerca de su intimidad que Sun tembló al sentir mi aliento - está tan brillante por tus fluidos - comencé a rozar su clítoris con mis labios y Sun jadeó - haré lo que tú quieras.

No aguantó más y tomó mi cabeza para guiarlo hacia su entrada, comencé a lamer, morder y a succionar sus labios y su clítoris, cuando su cuerpo me dijo que estaba cerca me detuve.

~ ¿Qué haces? - preguntó obviamente molesta, solo sonreí victoriosamente - te juro que sino haces que me corra en este momento te dejaré plantada en el altar - no pude evitar reírme.

Antes de que se pudiera dar cuenta ya la tenía encima de mí con su intimidad en mi cara y mi lengua dentro de ella.
Apoyó sus manos a la cabecera de la cama y comenzó a moverse de arriba y a abajo con cuidado para no lastimarme, subí una mano y comencé a jugar con su pezón, tiró su cabeza hacia atrás y cuando su cuerpo se volvía a tensar coloqué ambas manos en su cadera para indicarle que se moviera hacia adelante y atrás y mientras lo hacía la empujaba más hacia abajo para que pudiera tener todo el placer de mi lengua. A los segundos mi boca se llenaba de su delicioso fluido.

A penas y pudo levantar su pierna para poder salir de la posición, limpié con mi mano lo restante de sus fluidos de mi boca y pude ver como sus piernas temblaban de tantos orgasmos. Inmediatamente sonreí.

~ Sé que... dije que... que quería más pero... - la pobre Sun no podía ni completar una oración de lo agitada que estaba. Me coloqué encima de ella y la callé con un beso.

~ Lo sé, me encanta que estés así por mí - no pude evitar sentirme poderosa, nunca había logrado esto con ninguna otra chica, incluso con Hyejin.

Me dio una sonrisa débil y su mano buscó mi entrada, ahogué un grito por el susto y por lo bien que se sintió.

~ Amor, descansa, a la próxima me toca a mí - dije mientras besaba su frente.

~ No, para esto si tengo fuerza - no esperó a que respondiera y comenzó a penetrarme rápido y duro.

Mi pelvis se unió a su ritmo y su boca atrapó mi pezón, la sensación era enriquecedora. Intenté resistir un poco más pero demonios, Sun era demasiado buena, justo cuando iba a gemir mientras tenía mi orgasmo, me besó y ahogué el gemido en su boca lo que hizo que ella gimiera también.

Ayudé a Sun a acostarse y la rodeé con mis brazos, cuando los temblores disminuyeron ambas caímos en un sueño profundo.

Si hace un momento ambas teníamos dudas o inseguridades, podría asegurar que ya no estaban más.

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The healer. (MoonSun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora