Nota de la escritora: Hazme un favor y reproduce la canción mientras lees esto para una mejor experiencia. Recomendado.
- Cinco -
Mi novia se suicidó hace poco. Estuvimos pocos días juntos, pero teníamos la seguridad de querer una vida en pareja porque a pesar de ese corto tiempo de noviazgo nos habíamos amado en secreto desde la infancia.
Ni una sola vez me habló sin demostrarme cuanto me amaba, a su modo. Cuando algo amenazaba con separarnos, recuerdo que nos quedábamos abrazados por un buen tiempo , creíamos que de esa forma todo se resolvería mágicamente, a veces nos salíamos con la nuestra, pero no siempre corríamos con la misma suerte.
Acostumbrábamos vernos en el sótano de nuestra casa la mayoría de las noches; mientras todos dormían, entrelazábamos nuestras manos y entre aquella fusión: viajábamos a lugares extraordinarios y exóticos.
Nos gustaba recostarnos sobre una manta en el suelo para ver el cielo, que a veces estaba estrellado, a veces nublado, a veces despejado, pero siempre se veía hermoso; teníamos conversaciones largas y profundas durante horas hasta quedarnos dormidos aún tomados de las manos con fuerza.
Nada nos preocupaba en la niñez, podíamos pasar días juntos, ella y yo solos, días que eran centésimas de segundo para el mundo exterior, el mundo fuera de nuestra burbuja. Ambos siempre lo supimos, nunca nos iríamos, nunca fallaríamos, nunca nos haríamos daño. Por más que tratábamos de observar a otros, siempre veíamos a la persona indicada frente a nosotros.
Cuando quería ser escuchado, ella siempre estaba ahí para prestarme atención y apoyarme en lo que pensaba o planeaba, incluso me ayudaba. Cuando me sentía insuficiente, ella me recordaba la cantidad de personas que desearían ser yo antes que ellos mismos, era su especialidad, hablar con las palabras exactas, decía justo lo que querías escuchar en el momento en el que lo necesitabas escuchar.
Ella nunca tuvo miedo de ser sincera y directa al hablar, por más dolorosa que fuera la verdad, no disfrazaba las cosas. Me contó sus secretos más profundos, teníamos confianza el uno del otro, nos unía el echo de querer huir de aquella prisión que nos impedía ser nosotros mismos, que nos impedía estar públicamente juntos. A ninguno le importaba que un apellido se interpusiera en lo nuestro, o que no pudiéramos gritarle al mundo nuestros sentimientos, nos conformábamos con estar mutuamente enamorados.
Pasamos juntos la infancia y parte de la adolescencia, en la cual fuimos separados, ni siquiera un abrazo pudo resolverlo todo mágicamente. Recuerdo ese día a la perfección, al principio parecía una noche normal, nosotros solos, incluso era aún más especial, parecía que al fin podríamos darnos ese primer beso, nunca sucedió, fuimos interrumpidos, papá nos prohibió ser felices.
Esperé 45 años para sentir sus labios sobre los míos. Nos reencontramos luego de mucho tiempo sin vernos y retomamos aquel romance juvenil que habíamos dejado a medias, ahora nada se interponía entre nuestros sentimientos, un apellidos nos daba igual, ni nuestros hermanos ni alguna otra persona iban a prohibirnos estar enamorados. Antes pensaba que papá era un obstáculo imposible de superar, pero estaba equivocado, evadir la familia, evadir un apellido, evadir el paso de los años era sencillo, incluso evadir un apocalipsis era fácil, pero evadir la muerte era imposible.
Ma habría gustado vivir con ella, pero esa separación a los trece años me hizo darme cuenta de algo, lo nuestro no era pasajero, habíamos cambiado en esos años, ni siquiera la recordaba con claridad. Y sin saber lo que había sentido hace unos años, me volví a enamorar de ella, a pesar del tiempo, logré enamorarla de nuevo y logré enamorarme de nuevo.
Ella me enseñó mucho. Y aunque hoy no está aquí, sé que le gustaría que continuara con mi vida. Ojalá la hubiera salvado, sigo aquí solo por ella. Derribaría ese muro entre nosotros si pudiera. Extraño muchas cosas, pero en especial extraño su sonrisa, porque no era algo común en ella, cuando ella sonreía era porque en verdad estaba feliz. Me gustaba verla feliz.
Cada vez que veo las marcas en mis manos, echas por el filo de su broche el día en que tiró del gatillo frente a mi, me acuerdo de ella, de sus hermosos ojos, de su hermosa sonrisa, de su hermosa voz proveniente de esos hermosos labios, de su buen corazón, de lo que hizo por mi y por mis hermanos.
Me sorprende que aún me tenga como estúpido enamorado. Ella era extraordinaria. No podré ver a nadie más como algún día la vi a ella. Es el amor de mi vida. Mataría por volver a sentir sus labios cobre los míos, por volver a escuchar un "Te amo" de su voz. Le prometo que construiré una línea temporal en la que podamos estar juntos.
- Nunca pedimos nacer, pero no queremos morir -
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The Umbrella Academy 4
FanfictionLínea temporal alterna? (Antes de leer esta historia lee "The Umbrella Academy 3", que se encuentra en mi perfil, es la primera parte, no siguas leyendo o te vas a spoilear) Él: psicópata Ella: Suicida ¿Combinación perfecta o una bomba para el mundo...