El doctor miró con preocupación, con cara de no saber cómo decir lo que pasaba, y me dijo- señorita usted tuvo un fuerte golpe en su zona abdominal sufrió una pérdida del feto, su bebé... amm.. falleció.
Mis ojos viajaron del rostro del doctor hacia mi vientre, plano. Como lo estaba antes de quedar embarazada. Lleve mis manos hacia allí y comenzé a sentir cómo las lágrimas picaban en mis ojos. Lo había perdido. Había descuidado a mi bebé. Había descuidado la vida de mi hijo.
Ya no sentía ese pequeño bultito que empezaba a crecer cada día más.
Ya no podría saber nunca qué iba a ser.
La semana que viene estaba por saber su sexo. Ya no iba a poder verlo por lo menos a través de una pantallita, ni siquiera tenerlo en mis brazos. No iba a verlo nunca.
Nunca iba a ver su carita, sus manitos, no iba a poder enseñarles sus primeros pasitos. No iba a escuchar sus palabras. No iba a mudarlo, ni a darle de mi pecho. Jamás iba a sentir su calor. Nunca iba a sentir el amor de madre sólo por el simple hecho de que ya no estaba. Había perdido a mi bebé. Tan pequeñito. Tan indefenso. Mi bebé..
Yo seguía llorando ya nada me importaba, sentía los abrazos de las personas intentando hacer algo para calmar mi dolor. Simplemente no se podía. Quería a mi bebé.
En cuatro meses se había hecho todo para mí. Ahora me arrepiento tanto de decir esas cosas horribles cuando me enteré de mi embarazo. Lo amaba. No puedo creerlo.
Mi bebé fue arrancado de mi.
¿Cómo iba a enfrentar esta situación? Mis padres ni siquiera sabías de que estaba embarazada y ahora ya no está. Me sentía a morir. No sabí que hacer. Tenía la necesidad de encerrarme y llorar.
Ya habían pasado dos noches en los que estaba bloqueada totalmente. Quería a mi bebé devuelta.
Me dieron el alta y mis amigas junto con mis padres me estaban llevando a casa, al parecer les habían contado.. tampoco me iba a importar lo que digan. Creo que se dieron cuenta que no debían hacer comentarios al respecto. No era conveniente.
Fui hacia mi pieza y me encerré. No queria ver a nadie. No queria nada. Sólo quería llorar y tocar mi vientre plano, pero que me hacia acuerdo cuando empezaba a tener una formita. Tenía peluches, que le habían regalado Yannet y Tania. Los abrazaba con todas mis fuerzas. No podía con este dolor.
Golpes llegaban a mi puerta reiteradas veces y voces. Anuncios como los de "ya está la comidasi quieres bajar hija" o de mis amigas suplicando que abra la puerta que no había abierto por días. Comía lo suficuente, no de más. Sólo para que mamá no esté tan preocupada.
Sentí otros golpes en la puerta, yo estaba tirada en en el suelo mirando un punto fijo, no iba a abrir. Ya todos sabían que tampoco lo haría.
Matt empujó con todas sus fuerzas y logró abrirla, al verme en el suelo se tiró a mi lado y me abrazó. Me susurró -estarás bien, lo siento por no poder cuidarte- Me sentía culpable, él no sabía sobre mi embarazo y siempre había estado para mi. Pero tampoco tuvo la culpa. Yo sóla caí encima de mi bebé. Matt me abrazaba y secaba mis lágrimas, con sus grandes manos.
Que mal se sentía perder un hijo. Quería que todo esto pasara. Rápido. Olvidarse de todo.
ESTÁS LEYENDO
My life.
Teen FictionNunca pensé que una mínima equivocación, pueda ser el error o la salvación. Esta no es una simple historia. Es... la historia de mi vida.