My life.

Capítulo 8

Veía por el rabillo del ojo, que yo estaba sobre el pecho de mi amiga y ella, abrazandome. Veía como movía su boca.

Estaba hablandome. Pero mis oídos estaban tapados. Sólo mi mente trabajaba, a mil por hora.

Las preguntas sin respuestas rebalsaban en mi cabeza, como un manantial.

Fue todo de golpe. No sabía qué hacer.

Yanet decía que tendria que ir a un médico. Él me diría si en verdad estaba embarazada. Y si estoy bien.

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Ya había pasado una semana. No le había dicho ni a mi madre, ni a mi padre, ni a nadie. Ni siquiera a Sole que era una de mis mejores amigas. No tenía el valor de hacerlo. No podía mirarlos a los ojos, sin sentirme culpable. Ahora tendría un bebito al cual cuidar, siendo tan chica. Nose cómo decirselo. Tengo miedo. Estoy asustada.

Las únicas personas que saben de este embarazo, son mis amigas. Mis cinco amigas.

No me retaron, sólo intentaron calmarme, me hablaron, me consolaron. Me insistieron en tenerlo. Un aborto podría ser lo peor que haga. Me maldiceria toda la vida. No podía hacerlo.

Hoy nos iriamos a las costas de Brasil. Nuestro vuelo salía a las 16:30 pm. Ya tenia listos los bolsos.

No queria ir. No me sentía bien. ¿Para qué iria si no puedo festejar? Pero supongo que con las amigas que tengo no van a dejarme tranquila hasta verme allí.

Había hablado con Matt, nos habiamos encontrado en la plaza. El día que salimos con Yanet y Corina. Ya que querian hacerme entender que no sería malo tener un bebe. Que podría salir adelante. Ni siquiera había hablado con Elias. Él era su padre. Tenía que desircelo. Ya veré el momento adecuado.

Tengo miedo, tengo tanto miedo de todo. Me dan ganas de llorar todo el tiempo. Estoy angustiada. Muy apenada.

Escuche un golpe en la puerta, y me levanté. Mamá me estaba avisando que el taxi ya estaba aquí, salude a todos que me habían ido a dejar a la puerta. Mientras papá ponía los bolsos dentro del coche. Salude a todos con la mano, y los vi por la ventanilla alejarse. Claro, el auto ya había arrancado.

Cuando llegue al aeropuerto, apenas baje. Mis amigas estaban bajando los bolsos, abrazandome y tocando mi vientre. Estaba plano aún. ¿Por qué lo hacían?

Me abrazaban y me decían. "Tranquila este viaje tambien es para que despejes tu mente".

Ingresamos al aeropuerto, todas con sus bolsos. Para quedarnos unos quince días masomenos.

Tome mis papeles y se los entregue a una mujer de mediana edad. Cabello claro, y con una sonrisa que te decía que estaba feliz. ¿Por qué yo no podía tener esa sonrisa?

Nos dejaron pasar a las cinco, todo estaba bien. Pasamos también los bolsos. Pasamos por una máquina por si tienes armas, cuchillos, por si quieres hacer un atentado. BlahBlahBlah.

Estaba todo bien. Subimos al avión y Yanet, como era sabido se sentó a mi lado.

Luego de un rato el avión, comenzo a avanzar. Con el típico altavoz de la azafata diciendo que nos abrochemos los cinturones, que en diez minutos podríamos desabrocharlos.

Mire hacia abajo, por la ventanilla y cada vez se hacía todo más chiquitito. Más pequeño. Los árboles, las casas, el aeropuerto, las personas... mi bebé, mi bebé era mucho más pequeño que todas esas cosas mirándolas a la altura. Era una pequeñita pulguita.

Sonreí de costado, cuando recordé lo que dijo el doctor. "Sí señorita, usted va a ser mamá. Aún no se ve, es como un pequeñito grano de arena. Pero crecerá" calló una lágrima al recordar esa pantalla color negra y un pequeñ, muy, muy pequeño punto. Blanco, a sus costados un contorno más grisaceo. El doctor me explico que se estaba formando su bolsa, donde él bebe estaría. Mi amiga tomó mi mano y me dijo -Todo va a estar bien Ana- yo solo asentí.

Al abrir mis ojos. Tenía unas horribles ganas de hacer pis. Miré el reloj. Y habían pasado tres horas. Miré a mi lado y Yanet estaba comiendo una ensalada. ¿Tres horas ya habían pasado?. Últimamente dormía demasiado. Le pedí permiso y vi en los asientos de atrás a mis amigas. Alice y Tanya pintandose las uñas. Y Corina y Sabri hablando. Las saludé con la mano a las cuatro y me sonrieron. Me dirigí al baño,  entré, hice mis necesidades y cuando salí, choque con alguien. Cuando miré un poco más arriba. Ya que era más alto era Matt.

Fruncí el ceño y él sonrió.

-Disculpeme señorita

-Disculpado-sonreí-No sabía que ibamos en el mismo avión

-Yo sí. Fui a saludarlas. Pero tú estabas durmiendo.

-Oh-me quedó mirando, me puse nerviosa- voy a mi asiento-volví a sonreir.

-Bueno, nos vemos al bajar seguramente.-me di vuelta y camine hacia mi asiento.

Yanet empezó a hablarme de lo que queria hacer en Brasil, y que queria comprarse ropa, que queria meterse al agua y todas esas cosas.

Cuando quisimos darnos cuenta la azafata estaba indicandonos de nuevo los cinturones y en caso de emergencia las bolsas de aire.

Al bajar del avión teniamos los oídos tapados. Nos juntamos con los chicos y nos dirigimos al hotel. Matt llevaba uno de mis bolsos, ya que queria jugarme una carrera, yo solo reía.

Me estaba divirtiendo.