Nuestra protagonista de cabello azabache y ojos amarillo verdoso, la combinación perfecta de sus padres, estaba en su cuarto estudiando como todas las noches para no tener problemas con sus padres, es una estudiante ejemplar, al nivel de momo y lida, el problema aparece cuando llegan sus dos mejores amigos, denki y sero
Mientras la azabache estudiaba tranquila, la puerta de su cuarto se abrió de golpe, dejando entrar a una batería andante y un chico de cabello negro –¡llegamos! - dijo el rubio emocionado mientras se lanzaba en la cama junto con tres bolsitas de hierba
-saquen eso de mi cuarto antes de que mi padre los descubra-
-vamos nena, él no se dará cuenta- dijo sero para después acercarse hasta la espalda de la chica y masajear sus hombros –solo será un rato de diversión, necesitas relajarte-
La azabache lo estaba dudando, hasta que denki dio una gran idea –¿y si apostamos? - ese era el punto débil de ella, era igual que su padre, amante a las apuestas
La azabache lo pensó un segundo –está bien... pero abran el ventanal y pongan algo para que el humo no salga por debajo de la puerta-
Ambos chicos aceptaron felices, y mientras sero pegaba unas cuantas camisas de su amiga a la parte de debajo de la puerta y denki abría el ventanal, la chica sacaba unas cartas de póker de su escritorio, para después sentarse los tres en la cama para jugar y fumar un poco
Después de varios minutos el cuarto estaba lleno de humo, y aunque los tres estaban drogados, y semidesnudos ya que el juego consistía en que si uno de ellos perdía debía de quitarse una prenda, sero solo traía sus pantalones, denki estaba completamente en ropa interior y la azabache solo traía su camisa y sus bragas, lo cual le preocupaba, porque debajo de su camisa no traía nada.
-volví a ganar- dijeron sus amigos al unisón mientras chocaban sus manos
-camisa fuera cachorrita- dijo sero en un tono bastante lujurioso
-saben que, ya no quiero jugar-
-vamos nena, no seas aguafiestas- hablo denki
-entonces cambiemos las reglas del juego- sero se acercó a una mochila que ellos antes habían traído, solo para sacar un traje, no se veía de que era exactamente ya que estaba bien doblado –póntelo, modela unos minutos para nosotros, y después podrás quitártelo- la azabache acepto de mala gana, pero aun así tomo el traje y fue al baño para ponérselo, mientras se lo ponía iba notando cada vez más que era lencería erótica, pero esa lencería traía habían tres cosas que llamaban mucho la atención de la azabache, una de esas cosas era una gargantilla de cuero que simulaba ser el collar de un perro, pero no traía la correa y una diadema con orejas de perro, esas dos cosas se las puso sin problema, ahora solo quedaba una que le causaba algo de molestia he intriga, era la cola para completar el conjunto, pero aquella cola no traía una cinta o algo para sujetarla a su cintura, en su lugar, en uno de los extremos de la cola había un tapón anal.
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