Me habría gustado decir que no estaba sorprendida, pero sería una horrible mentira.
Axel, aquel chico que se había presentado completamente mojado en sudor ayer, ahora estaba utilizando un mandil completamente lleno de pintura junto a unos vaqueros rotos igual de pintados que el mandil y estaba descalzo. Estaba sentado en un banquillo de madera. Su cabello lucía húmedo y caía en mechones por su frente. Sus cejas estaban fruncidas y sus ojos recorrían la imagen frente a él mientras deslizaba el pincel con destreza por el lienzo.
Axel era pintor.
Si hubiese tenido que apostar por la carrera que estudiaba Axel, seguramente la última que habría dicho sería pintura. Tal vez me hubiera inclinado más por el deporte a juzgar por su cuerpo y porque Ben había dicho que salía a correr en las mañanas. Nunca se me había cruzado por la cabeza que Axel pudiera estudiar pintura.
Definitivamente no había que juzgar un libro por su portada.
Luego de que Ian y Ben se fueran de mi habitación prácticamente eché a Travis de mi cuarto, me vestí por algo más decente y al salir, mientras iba en dirección a las escaleras, encontré la puerta abierta de una habitación y al asomarme choqué con la imagen de Axel.
Me recosté contra el marco de la puerta en completo silencio y me deleité observándolo pintar.
-¿No te enseñaron que es de mala educación espiar cuartos ajenos? -murmuró una voz masculina en mi oreja y me moví, alejándome de la puerta y quedando en el pasillo.
Miré como se movió, tomando el pomo de la puerta y cerrándola, mientras hacía eso pude ver el tatuaje colorido que adornaba su cuello; Aarón.
Me tomé el atrevimiento de detallarlo más a detalle. El gemelo tenía el cabello de un rubio sucio y estaba peinado hacia atrás. Sus ojos eran un color pardo muy interesante con pequeñas motitas verdes y estos expresaban un completo vacío, lucían fríos e insensibles. En su cuello parecía tener el tatuaje de un dragón chino en color rojo, dorado y verde. Finalmente vestía una playera bordo y unos pantalones negros que hacían juego con su carácter.
Cuando su mirada encontró la mía me tensé por completo.
Una de sus manos descansó junto a mi cabeza y acercó su rostro al mío de forma amenazante.
-No me caen bien las intrusas y casualmente tú eres una de ellas -murmuró clavando sus ojos en los míos -Algo me dice que lo único que nos traerás son problemas, y en estos momentos no estamos para lidiar con ellos. Por lo que si veo que haces algo sospechoso no dudaré en hacer que te saquen de la fraternidad ¿Comprendes?
Verás... El director es mi primo y me pidió que los vigilara.
¿Pero cómo le explicabas eso a una de las personas que debes vigilar?
-¿Me estás amenazando? -murmuré frunciendo las cejas.
-Tómalo como una advertencia -respondió y ambos giramos el rostro al oír la puerta del cuarto de Axel siendo abierta.
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¡Adoptemos a la Rubia!| Resubiendo y Pausada
Teen Fiction*PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA: ADOPTEMOS «El mundo nos rompe a todos, más después, algunos se vuelven fuertes en los lugares rotos.» Alisa poseía un don para esconder los fantasmas que la perseguían cada vez que cerraba los ojos, e Ian buscaba algo c...