–Gracias por traerme –me desabroché el cinturón y abrí la puerta del copiloto.
–Gracias por ayudarme.
Le di un último saludo, salí del auto y cerré la puerta. Metí las manos dentro de mi chaqueta mientras me acercaba a la puerta de la fraternidad. Pero cuando estaba por abrir la puerta, alguien más lo hizo por mi.
No supe cuál de los dos estaba más sorprendido de ver al otro, en especial luego del desastre de esta mañana.
Los ojos del castaño se desviaron hacia mis espaldas, supongo que para ver el auto de Frank saliendo del lugar. Volvió a mirarme con una mueca de disgusto y le sonreí con burla.
–¿Qué tienes? Luces como si acabaras de ver algo espantoso –murmuré con diversión.
–Lo único que veo espantoso está parado delante mío ¿Puedes quitarte? –gruñó moviéndose hacia un costado y rápidamente me moví hacia la misma dirección, bloqueándole el paso.
–Oh, malévolo cucarachon está enojado ¿Qué pasó? ¿Me extrañaste esta mañana?
Soltó un bufido e intentó pasar por el otro costado, pero volví a bloquearle el paso. Sus ojos chocolates se encontraron con mi mirada, lucía exasperado, algo que me fascinaba provocar en las personas.
–Lo disfrutas ¿Verdad? Disfrutas poner a mi propia fraternidad en mi contra; estoy seguro que te complace saber que puedes poner toda una fraternidad de cabeza –murmuró con rudeza y dió un paso hasta estar a escasos centímetros de mi rostro. Se relamió los labios y volvió hablar –Podrás manipularlos a todos ellos, pero no a mi –se acercó aún más hasta que nuestras narices se rozaron de forma peligrosa –Yo no soy como ellos... Soy peor.
Me hizo a un lado con brusquedad, haciendo que mi espalda chocara contra la pared, me ignoró y caminó hasta el mismo vehículo que le vi utilizar en nuestro primer encuentro, se subió y cerró de un portazo para luego hacer rechinar las llantas contra el asfalto y perderse en la oscuridad de la noche.
–Siy piir –me burlé haciendo una mala imitación suya –Ojalá se le pinchen las ruedas –farfullé pasándome una mano por el cabello –Menudo payaso.
Me adentré a la fraternidad buscando alguna señal de vida cavernícola, arrojé mi chaqueta al sofá que estaba completamente libre de personas y me dejé caer sobre este con las manos tras mi cabeza, relajada. Bostecé, dejando que el mundo de los sueños me engullera por completo.
⚠️⚠️⚠️
Abrí los ojos de golpe al ser sacudida como un saco de papas. Lo primero que vi fue el rostro de Travis, el cual tenía una sonrisa cruzando su cara ¿Acaso no le duele sonreír así? Fruncí las cejas y estampé una mano en su rostro, haciendo que cayera sobre su trasero.
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¡Adoptemos a la Rubia!| Resubiendo y Pausada
Teen Fiction*PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA: ADOPTEMOS «El mundo nos rompe a todos, más después, algunos se vuelven fuertes en los lugares rotos.» Alisa poseía un don para esconder los fantasmas que la perseguían cada vez que cerraba los ojos, e Ian buscaba algo c...