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El efecto del alcohol aun era visible en ambos, la resaca y remordimiento al no saber que pasó era evidente en sus rostros.

Kagome había acabado de poner sus tacones y Sesshomaru se acomodaba la camisa, no se miraban, ella por la vergüenza y el respetando su decisión de no hablar.

Se voltearon al mismo tiempo y sus ojos se encontraron, Kagome totalmente ruborizada volteó evitando verlo directamente, por su parte Sesshomaru, miraba el cuello de Kagome, donde había una marca, jamás le había gustado como se ven las mujeres con esas cosas, pero su orgullo creció al pensar y saber que fue el quien lo hizo.

-Yo...yo me iré inmediatamente
-Debes comer algo- la tomó del brazo y comenzó a caminar- al menos toma un café para despertar un poco
-Bi..bien, pero sueltame- un lado le decía que debía hacerlo, pero otro...
-No creo que anoche hayas dicho eso- las palabras salieron solas, logrando que ella se detuviera y el volteó a verla, sus mejillas ruborizadas le quedaban muy bien- vamos por ese café.

La guió hasta la cocina y preparó un poco de café, también hizo tostadas con tocino y le pidió sentarse, Kagome miraba cada rincón de la cocina, era hermosa, muy grande y de color blanco, negro y un poco de rojo, se estaba imaginando en una cocina así, preparando todo tipo de pasteles y galletas, en compañía quizá un día de un hombre e hijos.

Al pensar en eso miró de reojo a Sesshomaru, se veía muy bien a pesar de la resaca, se notaba que seria un gran padre y esposo, la trataría muy bien y...golpeó la mesa con ambas manos llamando la atención de Sesshomaru, quien la miró alzando una ceja preguntando si todo estaba bien, ella simplemente asintió y regresó a su asiento.

Cuando terminó puso todo sobre la mesa y se sentó frente a Kagome, ella agradeció la comida y comenzó a degustar todos, era algo simple, pero debía admitir que era exquisito el sabor del tocino, el café estaba a la temperatura adecuada y su sabor amargo era un deleite para su paladar, amaba el café con leche y un poco dulce, pero sin duda este café era el mejor que había probado.

Una pastilla fue puesta frente a ella, miró al hombre frente a ella y lo vio tomar la misma pastilla, debía ser para el dolor de cabeza.

-Gracias por todo- tomó un poco de café antes de volver a hablar- pero, ¿sabes que pasó anoche?
-No, solo recuerdo llegar al bar y nada más- la miraba atentamente esperando alguna reacción- anoche tomé de más al igual que tú.

Al terminar de comer Kagome tomó su bolso, se despidió y salió del hogar, cuando lo hizo soltó todo el aire de sus pulmones, salió prácticamente corriendo sin mirar atrás.

Sesshomaru por su parte fue hasta la sala y se tiró al sillón, puso una mano sobre sus ojos y sonrió, la verdad era que si recordaba lo sucedido.

Flasback

"Sesshomaru la volteó y la apegó aun más a el, Kagome dejó de respirar al ver quien era, a quien le había estado bailando y preguntó si quería más.

-Se..Sesshomaru- apoyó sus manos en el pecho de el- yo...lo lamento
-Yo no- una sonrisa se formó al ver la reacción de Kagome, ahora era su turno de jugar.

Ahora era él quien guiaba el baile, impidiendo que Kagome se fuera la afirmó desde la cintura, Sango, quien miraba desde lejos, sonreía picaramente al ver el gran sonrojo de su amiga, así que solo se fue hasta la mesa para tomar otro trago.

Sesshomaru la llevó hasta la barra para pedir Whisky, ambos lo tomaron de un solo trago y pidieron otro, ella para bajar la vergüenza y él para refrescarse, durante el resto de la noche ambos bebieron y bailaron, claro que Kagome fue la primera en emborracharse.

-¿Sabes? Te pareces a Sesshomaru- decía Kagome con las mejillas rojas por el alcohol- eres muy alto y guapo como el
-Yo soy Sesshomaru- respondió aguantado la risa- ¿así que soy guapo?
-No, no- negó mientras se sentaban en una mesa vacía para descansar- Sesshomaru nunca sonríe y creo que seria incapaz de pasarla tan bien
-Puede que no lo conozcas bien
-Si, tienes razón- bebió otro vaso más y siguió hablando- pero el siempre es tan serio que da a entender eso.

Sesshomaru la miraba expectante, era muy interesante lo que pensaba sobre el, y no se alejaba de la verdad, antes no se había comportado así, de hecho era la primera vez que el se acercaba a una mujer que no quisiera llevárselo a la cama.

Miraba como Kagome seguia bebiendo y pensando que debía detenerla, la tomó del brazo y la sacó de ahí, salir fue un tanto difícil ya que con cada minuto que pasaba ingresaban más personas, así que tuvo que empujar a unas cuantas y sacarla lo antes posible, una vez afuera fue a su auto, donde la llevó hasta su casa, ya que no sabia donde ella vivía.

Una vez que llegaron la bajó y tuvo que cargarla, no pesaba mucho, además olía su perfume perfectamente, era sutil y suave, un toque de manzanas y lavanda.

Tuvo que llevarla hasta una habitación ya que se había quedado dormida, cuando la dejó la miraba dormir tan tranquila preguntándose si no tendría miedo o algo por el estilo, estaba en un hogar que no era el suyo y con alguien a quien no conocía del todo.

Se acercó un poco para quitarle los tacones y luego sus aretes, cuando estuvo cerca de su rostro no pudo evitar quedar mirándolo detalladamente, ella era hermosa, desprendía un aire de inocencia y tranquilidad, su nariz era pequeña, sus labios eran rosados y carnosos, se preguntaba a que sabrian, pasó suavemente un dedo por ellos, luego fue hasta las mejillas y vio como ella sonreía y lo abrazaba.

Respiró profundo y trató de escapar, pero el efecto del alcohol no ayudaba mucho en estos momentos,así que se rindió y se acostó junto a ella, pero antes de dormir le dejó una marca en su cuello, como venganza por hacerlo desearla y acostarse con ella."
•••
Kagome al llegar a su hogar fue directo a su habitación y se tiró a la cama, totalmente ruborizada y con mucha vergüenza, ahora no podría volver a mirarlo a los ojos.

Nankurunaisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora