XV

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Una semana había pasado, evitó todo contacto con Sesshomaru, solo fue al hospital viernes a domingo, a la universidad y a su hogar, en la pastelería había puesto un cartel donde decía que estaría cerrada hasta nuevo aviso.

Sota le mantenía informada en cuanto a si Sesshomaru iba o no al hospital, aún no olvidaba aquel beso que le fue robado por Taisho, no supo cuanto tiempo se besaron, solo sabía que en cuanto el aire hizo falta, salió de aquel cubículo, sin preocuparse por las mujeres que se asustaron y dejaron caer su maquillaje, no supo siquiera como Sesshomaru salió de ahí.

Ahora se encontraba haciendo el aseo de su hogar, Sota seguía en la escuela y como quedaba poco para su graduación, les habían dado dos días de descanso antes de la ceremonia, sabía que su madre no podría ir, pero la verdad es que prefería verla bien a que tuviera otra recaída.

Fue hasta su habitación, donde suspiró cansada al ver que estaba todo desordenado, ropa en el suelo, libros abiertos en su escritorio y algunos en la cama, peluches por todas partes y ropa limpia sin doblar.

-Creo que comenzaré por lavar ropa- habló en un susurro mientras se recogía el cabello e iba por un cesto.
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La vista de la ciudad sin duda era hermosa, pero su mente estaba en otra parte, más bien en una persona, había ido al hospital con la esperanza de encontrarla allí, pero solo estaba su hermano, quien le dijo que Kagome solo iba de la universidad y después iba al hospital por una pequeña visita y a buscarlo.

Fue esos tres días, pero no la encontraba, ya se había ido o aún no llegaba y la verdad era que ya no soportaba el que lo estuviera evitando.

-Seguiremos con la reunión otro día- dijo volteando y mirando a todos sus socios, quienes reclamaron por que no había hablado con ellos en mucho tiempo- mi padre resolverá sus dudas mañana, estoy cansado.

Salió sin más, fue hasta su oficina y se encerró por el resto del día, pensando que hacer para hablar con aquella mujer que no abandonaba sus pensamientos, llamó a su amigo Miroku, lo invitó a beber para pasar el rato y olvidar un poco sus problemas.
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Se tiró en la cama, por fin había terminado de ordenar su cuarto y ahora había dejado llenando la bañera para un merecido baño, buscó su celular y vio mensajes de Sango, donde pedía verla, Hojo le mandó fotos de su gato y otros de Bankotsu, quien insistía en una cita.

Respondió a Sango, pidiendo verse ese mismo día en su casa, harían noche de película y comerían pizza, ella no se negó y en una hora estaría allí, dejó el móvil en la cama y fue hasta el baño, se despojó de la ropa y entró en el agua.
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Tal como dijeron, una hora más tarde estaban juntas en la sala acomodando todo para pasar la noche, habían pedido la pizza y no tardaba en llegar, Sango llevó unas palomitas con chocolate y unos refrescos, Kagome juntó películas románticas y ficción, las favoritas de ambas.

-¿Entonces planeas encargarte de la pastelería y nada más?- preguntó mientras comía una palomita, Kagome asintió- valla plan
-Quiero que mamá descanse- respondió acomodando unos cojines para después sentarse- es la segunda vez que cae al hospital y la verdad no quiero que pase una tercera
-Claro que no, hasta yo quiero que se mejore, ha sido un apoyo fundamental para mi desde la muerte de mi madre- se acercó a su amiga y la tomó de las manos- solo no quiero que pierdas la oportunidad de disfrutar de tu vida.

Kagome la abrazó, siendo correspondida inmediatamente por su amiga, estaba realmente agradecida de poder contar con alguien para estos momentos, también estaba Hojo, pero eran pocas las veces que lo veía puesto que estaba más al pendiente de sus estudios.
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La noche era agradable, la luna en lo más alto del cielo y las estrellas rodeándo dando un aspecto maravilloso y majestuoso, su vista no se alejaba de esa hermosa vista mientras esperaba a su amigo a las afueras del bar.

-Las veces que te veo así es por mujeres- Miroku habló mientras ponía una mano en su hombro- ¿estas bien?
-¿Sabes cuan culpable me siento aún?- y entonces lo supo, Sesshomaru necesitaba olvidar, por que sabía que muy dentro de él la culpa lo comía día a día- tu sabes mejor que nadie que siquiera y puedo dormir
-Deberías ir a terapia- su mirada ambarina viajó del cielo a su amigo- debes superarlo
-Nankurunaisa- dijo al momento que imágenes de su madre con solo seis meses de embarazo le dijo, en la cama y con fuertes dolores- eso me decía ella y mira, se fue y quince años más tarde perdimos a Shiori- suspiró, su costumbre no era hablar de sus sentimientos, pero debía decir que Miroku a pesar de ser un hombre que nada se tomaba en serio y gustaba de pasar más tiempo con las mujeres, le proporcionaba esa confianza y calidez, fue el primero al que buscó luego de la muerte de Shiori- mejor entremos ¿si? Odio recordar.

Miroku no dijo más, entraron y fueron a la zona más alejada, se sentaron en completo silencio y cuando llegó una camarera pidieron una botella de Whisky.

-Solo falta una semana- miró su vaso y jugó con el moviendo el líquido- ¿crees que puedas acompañarme?
-Claro que si- la sonrisa de su amigo era sincera, no secesitaba preguntar a que se refería- ¿a la misma hora del año anterior?
-Si.
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Sota se levantó a eso de las tres de la madrugada al escuchar unos sollozos, bajó bostezando y restregandose un ojo, prendió la luz y se encontró con Kagome y Sango llorando abrazadas, vio la pantalla y se dio un golpe en la frente.

-¿Enserió?- ambas chicas lo miraron y asintieron- ¿no había otra película?

Hachiko, estaban viendo como el canino esperaba a su amo y él solo fue hasta quedar en medio de las dos, quienes sonrieron y se apoyaron en sus hombros, era la tercera vez que pasaba lo mismo, siempre terminaban viendo esa película y él las consolaba.

-Creo que la eliminaré
-¡Que no se te ocurra!- gritaron ambas al mismo tiempo que limpiaban sus lágrimas.

A la mañana siguiente, luego de que Sota fuera a la escuela y Sango a su hogar, puesto que debia cuidar a su hermano, fue a dormir un poco más, disfrutaría sin duda alguna aquel día para descansar un poco.

Luego de unas horas se despertó por el golpeteo incesante en la puerta principal, aún medio dormida bajó para abrir, lo primero que vio fue una corbata, levantó la vista y frente a ella estaba Sesshomaru, con los ojos rojos y su respiración irregular.

-¿Que...que haces aquí?
-Me has estado ignorando- dijo para después entrar y tomar a Kagome de la cintura- pero ahora no lo harás.
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Es la primera vez que escribo después de un capítulo, es extraño jajajaj pero bueno, necesito hacerles dos preguntas y quiero que sean sinceros:

¿La historia les gusta?

¿Y quieren Lemon?

Nankurunaisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora