XVI

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Sesshomaru cerró la puerta y besó a Kagome, el sabor del licor era fuerte, pero ella aún así no lo alejó, admitía que su beso anterior le había gustado, tanto, que no dejó de pensar en él.

Fueron caminando hasta la sala estar sin separarse del beso, las sensaciones que sentía Kagome se aglomeraban en su cabeza y perdió todo el sentido, en su mente, solo estaban ellos dos.

Volvió en si cuando Sesshomaru acarició sus piernas y subia lentamente su playera, lo alejó y como pudo se levantó para mirarlo totalmente sonrojada.

-No podemos hacer esto- habló tratando de regular su respiración y latidos- no ahora y en este lugar
-¿Por qué no?- Sesshomaru estaba mareado, el alcohol le había pasado la cuenta, pero aun sabía lo que decia- dime, Kagome, ¿por qué no?
-Por que estas ebrio- puntualizó pasando sus manos por el cabello- y no quiero que despiertes preguntando que hiciste y te arrepientas
-Vine solo para verte, sentirte- respondió parándose y dando un paso hasta ella- me has ignorado dos semanas y ahora ¿pretendes lo mismo?
-¿Como te miro después de ese beso?- se volteó evitando aquella mirada dorada, con su corazón acelerado y mejillas rojas- para ti en fácil ¿no? Besar una mujer y después volver a verla como si nada- habló cruzando sus brazos por sobre su pecho- pero yo no soy así
-¿Que te hace pensar que soy así?- su voz era grave, no sabía si por el alcohol o realmente se molestó- mírame mujer- la dio vuelta y levantó su rostro, no dejó que mirara ningún otro lado- solo he tenido una mujer en mi vida
-¿Por qué me lo dices?- algo muy dentro de ella se alegró, incluso su corazón latía calmado, feliz- yo no...necesito saber los detalles de tu vida
-¿Entonces por que te ves tan aliviada por mi respuesta?- una mano acarició su mejilla mientras la otra viajó hasta la cintura de Kagome- ¿por qué tu corazón parece tan calmado?

Antes de responder, vio como Sesshomaru casi caía, lo sostuvo y ayudó sentarse, fue hasta la cocina y sirvió un vaso de agua para darle, llegó y lo vio recostado con una mano tapando su rostro, una tierna sonrisa se formó en su rostro, fue hasta él y aprovechó de quitar sus zapatos. Sintió como era jalada y abrazada.

Sesshomaru le acariciaba la espalda, su cabeza quedó en el pecho de él y podía sentir su calmado corazón, le recordó aquellos días en los que se dormía en brazos de su padre, sus latidos eran tan reconfortantes, que pronto cayó en los brazos del morfeo encima de Sesshomaru.
•••
Sentía calor, estaba un poco incomoda y escuchaba un golpeteo incesante, se acomodó pensando que estaba en su cama, pero una respiración cerca de su rostro y una mano apretandole la cintura la hizo despertar, lo primero que vio fue un rostro calmado, después se percató de que estaban en el sofá y los golpes eran en su puerta.

Como pudo se levantó y estiró un poco sus extremidades, fue a la puerta y abrió encontrándose con Toga.

-Buenas tardes- habló sorprendida de verlo allí- ¿lleva mucho tiempo esperando?
-Buenas tardes- devolvió cortesmente el saludo mientras sonreía- venia por que tu madre me pidió el favor, llegué hace veinte minutos
-¡Lo siento mucho!- cerró sus ojos e hizo una pequeña reverencia- ¡estaba dormida y no lo escuché!
-Tranquila, no necesito explicaciones- movió sus manos esperando que Kagome dejara de hacer la reverencia- y además solo he venido por un cuaderno y libreta
-¿Cuaderno y libreta?
-Tu madre las necesita- respondió alzando la mirada al sentir que era observado, se sorprendió al ver a su hijo allí dentro- ¿Sesshomaru?

Kagome volteó y pensaba explicar, pero Toga solo le pidió lo de Naomi, fue por aquellas cosas y dejó a los dos en un duelo de miradas.

-¿Que haces aquí?- se puso serio de un momento a otro- ¿estuviste bebiendo?
-Eso no es de tu incumbencia- respondió apoyándose en la puerta y masajeando el puente de su nariz, la jaqueca era terrible- ¿y tu, desde cuando tan apegado a una mujer?
-Solo le hago un favor- respondió a la defensiva provocando una sonrisa en su hijo- ¿que te causa gracia?
-Ya nos conocemos ¿no?- Toga agachó la mirada, no quería que su hijo pensara que estaba olvidando a su madre- no te culpo- aquellas palabras le provocaron un alivio y asintió- después de todo, ellas son muy....es difícil explicar, pero causan mucha tranquilidad
-Si- Toga sonrió, por primera vez su hijo no hallaba palabras para expresarse de una mujer, siquiera con Kagura le pasó, a ella siempre la pudo describir como una mujer de carácter fuerte y un aura de hostilidad que alejaba a los demás.

Kagome llegó com ambas cosas, le pidió que dijera a su madre que iría pronto a verla, Toga se despidió y fue hasta su auto, cuando lo vieron marchar ambos entraron y Kagome soltó el aire que reprimia, miró a su acompañante y ofreció comer.

Sesshomaru no se negó, después de todo, la resaca era horrible y su estomago pedía a gritos algo de comer. Ella le dio una pastilla mientras iba a preparar un poco de pasta con salsa blanca.

Con cada minuto la tensión crecía, ninguno dijo nada y Kagome esperaba un milagro para que Sota no llegase justamente ahora, mientras comían en celular de ella sonó anunciando un mensaje, "hablando del rey de Roma" pensó, era su hermano y le avisaba que se quedaría en casa de un amigo, Kagome pensó que esto era obra de los dioses, justo pensaba en que llegase tarde y él avisa que no llegaría.

Sesshomaru miraba los cuadros, viendo como era ella de pequeña, a la señora Naomi embarazada de Sota, otra de Kagome junto a un hombre, su padre seguramente y la última, los tres en la entrada de la pastelería Shikon, su mente se preguntaba como habría muerto él, miró a Kagome y la vio comiendo tranquila, subió un poco la mirada y tras ella una fotografía resaltaba, y entonces lo supo, el padre de ella era militar y murió en aquel oficio.

Mientras se levantaban para recoger todo, Sesshomaru fue hasta ella y besó su frente para después abrazarla, Kagome se sintió calidamente reconfortada, sentía como si él dijera que estaría todo bien, y eso la hizo sonreír y susurrar un gracias.

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