Instintivamente di un paso hacia atrás y el pronuncio:
-Joaco...-
Me aleje corriendo de ahí, no iría a mi habitación, él me encontraría, corrí escaleras abajo y tome mi abrigo saliendo de ahí.
No podía seguir en esa casa.
Comencé a correr sin rumbo alguno a más no poder y al sentir que perdía la fuerza termine desplomándome sobre el suelo, cayendo de rodillas y comenzando a llorar como si me encontrara solo.
No quería verlo.
¿Por qué me hizo esto a mí?
¿Qué le hice yo para que me odiara tanto?
¿Por qué jugo conmigo?
Lagrimas y mas lagrimas corrían por mis mejillas, mis sollozos eran audibles.
Daba lástima.
De pronto sentí como gotas comenzaban a caer sobre mi cuerpo, estaba lloviendo.
Quedaba perfecto con cómo me sentía.
No me importó la lluvia.
Tampoco me importo la gente que se me quedaba viendo.
Simplemente no podía volver a ser fuerte.
Ya no podía.
Lo odiaba.
Me utilizo.
Jugo conmigo como si fuera un muñeco de acción.
Me odie mentalmente, sabía que esto ocurriría.
Solo es un maldito reprimido.
Él jamás hubiera luchado por nuestro amor porque, simplemente, para él no era amor.
Solo era un capricho de mi parte.
Lo admito, mi record no es ser la persona más consciente del mundo pero, al menos, no juego con los sentimientos de los demás, no jugaría con los sentimientos de una persona que ha hecho muchas cosas por mí.
Luche por él con cada parte de mi ser.
Aun durante y después de las conversaciones del MSN.
Yo luche por el cada día más y cuando parece, que al final, logre tirar sus barreras, lo que hizo fue tenderme una trampa.
Nunca entre a su corazón.
Solo me hizo creer que lo había hecho pero nunca fue así.
Él fue más inteligente.
Yo solo fui un imbécil.
Derrotado me incorpore del suelo y camine hacia la casa de la única persona que sentía que podía ayudarme.
A casa de Nicolás.
Llegue en media hora, mis pasos no eran rápidos precisamente.
Al abrir él me miro sorprendido y sin decir palabra entre y me tire sobre el sofá importándome poco si lo mojaba.
-¿Qué paso?-Preguntó y al hacerlo comencé a sollozar nuevamente.
¡Maldito Emilio!
Mi amigo frunció el ceño y los labios.
-Emilio-Afirmo y se fue, al parecer, a la cocina.
Me quede inerte en el sofá, no sabía exactamente lo que tenía o debía hacer.
Solo sé que no tenía ánimos de nada.
No sé exactamente cuánto tiempo pase en ese estado pero vi a Nico llegar con ropa limpia y un tazón de caldo de pollo.
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Amor Imposible [Emiliaco] +18
Fiksi Penggemar-No podemos- Mencionó en un susurro. Mi cara se desfiguró por completo, ¿Qué acabo de escuchar? -Me niego, no renunciaré a ti- Pronuncié tan firme como pude. Bien, sí, el cabeza dura que se niega a renunciar soy yo. Mi nombre es Joaquín y tengo un a...