No había podido pegar un ojo en toda la noche. Normalmente los días de la semana y no solo en Hogwarts, me levantaba a las siete y treinta.
Estaba acostumbrado a madrugar, y no era un problema para mi hacerlo. Pero en este momento si lo era, los nervios que tenía al pensar en que hoy estaría sentado con Keisy Andersson me comían vivo.
Tanto así, que hicieron que me desvelara por la noche, provocando que al ser ya la hora tuviera unas terribles ojeras debajo de mis ojos.
Con un esfuerzo casi que sobre humano, me levante apoyando mis pies descalzos en el suelo helado. Suspire mientras mis dedos refregaban los ojos de mi cara, intentando quitar todo rastro de cansancio.
Termine de estirarme, y finalmente me levante. Caminando hacia el baño en donde tomaría una ducha caliente rápida.
Me quite el pijama al cerrar la puerta, dejando que cayera al suelo junto a mi ropa interior. Ingrese esquivando la mampara, viendo ya como el vapor del agua caliente inundaba la habitación.
Me relaje un momento, y me lave la cara con la misma agua que caía. Empapando también mi cabello, quien comenzaba a chorrear pequeñas gotitas que caían por mi espalda y parte de mi rostro.
Una vez que tuve suficiente, salí de la ducha envolviendo mi cintura con mi toalla blanca. El vapor no sólo ahora ocupaba todo el cuarto de baño, sino que también salía de mi piel quien se encontraba igual de caliente.
Abrí la puerta viendo cómo Zabini seguía durmiendo como un bebé, puse mis ojos en blanco ante eso y luego caminé hacia el baúl con mi ropa.
Empecé a cambiarme, poniéndome mi ropa interior nueva, mis medias, pantalones, mi camisa blanca y corbata.
Tomé la toalla húmeda que había dejado en el suelo, y la usé para secarme un poco mi cabello. Quien también ahora quedó húmedo.
La colgué en el baño luego de terminar de usarla, y volví al cuarto mientras empezaba a anudar mi corbata de Slytherin.
Con un poco de envidia, tomé uno de mis tantos almohadones y sin pensarlo se lo lancé con fuerza a Zabini. Quien ni se había inmutado con el primer almohadonazo que había pegado en su hombro tapado por la sabana.
Tomé otro cojín una vez que termine con mi corbata, y esta vez lo lance con más fuerza dándole directo en la cara. Lo que provocó que una pequeña risita saliera de mis labios.
Y que mi sonrisa se mantuviera en mi rostro cuando lo vi despertarse asustado. Miró confuso para todos lados, como si algo terrible hubiera pasado. Y en cuanto sus ojos se encontraron con los míos, su molestia apareció en su cara.
–Por Merlin, Draco. Tienes un serio problema con despertarme de esa manera desde que éramos niños...–Dijo con la voz ronca volviendo a acostarse.
Otra risita escapó de mis labios.Era cierto aquello, cuando había entrado en suficiente confianza con Blaise había dejado salir completamente mi forma de ser.
–Blaise despierta, tenemos que ir a desayunar, y luego tenemos clases.–Hable tomando el perfume que tenía en mi pequeña mesa junto a la cama.
Rocié un poco en mi cuello, apretando el pomo unas tres veces. Y sin darme cuenta me encontré pensando en si a Keisy, le gustaría la fragancia que usaba. Esperaba que así fuera.
Me mire al espejo flotante que teníamos en una esquina de la habitación, y a través de él pude ver a mi amigo quien seguía modo fetal en la cama.
–Zabini, no tengo problema en golpearte de nuevo con otro almohadón si eso es lo que quieres.–Amenace usando el doble sentido.
ESTÁS LEYENDO
Hipnotizado
RomanceSi estás aquí probablemente conozcas a Draco Malfoy, un chico de Slytherin arrogante, Sangre Pura, egoísta, competitivo, narcisista y lo peor de todo es que aún así con esas características, el chico era deseado por casi todas las chicas de Hogwarts...